Reinicio

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Él me hacía feliz y a penas llevábamos unos minutos.

Era un nuevo comienzo para estar con el chico que siempre me había gustado.

¿Cómo podría haberle dicho que no?

Me encantaba, me encantaba un montón.

Sin embargo las dudas me invadían, que pensaría Gael de esto.

No creo que él tomé represalias. Es inmaduro pero no tanto, solo espero que no pase nada grave.

Ay Jeremy, en unos minutos me has pintado la vida en mil colores.
Tienes la magia de hacerme una mejor persona, al estar contigo.

- ¡Dalila! Mi amor.

- Oww que lindo.

- Te amo.

- Y yo a ti, mí príncipe del orgullo.

- Me siento halagado.

- Dime, Jeremy ¿Cuáles son tus expectativas respecto a nuestra relación?

- Primero que nada, quiero que tú te sientas cómoda conmigo y que confíes en mí.

- Estoy de acuerdo.

- Segundo, quiero que lo hagamos al menos 5 veces por semana.

No estaba tomando nada pero mentalmente escupí mí vaso de agua.

- ¿Qué?

- Sí mí amor. Sé que te gusta.

- ¿No es una broma?

Me gustaba que fuera directo, pero me gusta más lo espontáneo. No soy tanto de planear este tipo de cosas.

- 2 veces por mes.-dije sonriendo.

- 3 veces a la semana.

- 1 vez al mes.

- 2 veces a la semana.

- 1 vez a la semana.

- Estoy de acuerdo Dalila.

- Gracias por entenderme.

- Quiero estar contigo hasta fin de año.

- No entiendo. ¿Cómo que hasta fin de año?- Lo miré confundida.

- Sí, Dalila. Este año salimos del colegio y luego cada uno tomará su camino.

La verdad no podía negar que me dolía, pero era una buena idea. Es justamente lo que hubiera hecho yo.

Bueno, nos queda 1 mes y 1 semana.

Quiero aprovechar cada segundo contigo.

Yo también.

- Y dime, ¿Cuáles son tus expectativas Dalila?

- Mis expectativas, te las digo mañana, cuando nos veamos.

- Me están llamando, tengo que irme.

- Por favor acompáñame a mí casa.

- Solo si me das un beso.

- Solo si me acompañas.

Y él se fue corriendo. Me quedé esperando a que volviera y que dijera que estaba jugando, pero no, no volvió. Entonces lo recordé, era el mismo Jeremy del que me había enamorado tiempo atrás.

Tenía que bajarle un poco a mis expectativas porque sería un autosabotaje.

Mientras iba a mi casa, reflexionando el por qué de todo lo existente sobre la faz de la tierra, me di cuenta de varias cosas. Él podía llegar a ser romántico y tierno, en lo personal, para mí, verlo así era algo nuevo, era algo maravilloso que no sabía que podía llegar a pasar.

Constantemente me agobian las dudas de cómo estaríamos ahora si hace 2 años le hubiese confesado mis sentimientos.

Llego a mi casa y me encuentro con una mujer molesta porque me fui a la hora del almuerzo, lo siento mamá.

- Hola hija.

- Hola ma, lo siento.  Me llamaron diciéndome que era algo urgente y al final no era nada tan importante.

- Por favor come tu comida, ya es tarde, te la calentaré.

- Gracias, eres la mejor sin duda.

Apreciaba mucho a mi madre, siempre se esforzaba por darnos lo mejor a mi y a mi hermano. No había otra como ella, yo tenía a la mejor.

Aún así, ella no podía saber sobre Jeremy. Ella conocía a Gael e íbamos casi 2 años. Se que ella entendería pero no creo que  tome a bien el que yo salga con alguien más.

- Ya está hija, te dejo aquí tu comida.

- Gracias mamá.

El fetuccini de mamá era delicioso, mi comida favorita sin duda.

-Oye, Dalila.

-  ¿Sí, mamá?

- ¿Cómo te va con Gael?

Ay no, ¿Acaso me quiere echar un sermón? Debería decirle que ya no estoy con Gael. Aunque me preguntaría por qué y no estoy en código de decirle nada.

- Bien, mamá. Gracias. ¿Por qué?

- No, por nada hija. Te ves distinta, más feliz y sonriente.

- Oww, que linda. Gracias mami, estaba riquísimo.

¿Mí mamá dice que me ve más feliz?
Jeremy, gracias.

Entro a mí cuarto y sonrío.
Tal vez sea muy pronto para hacer un retrato de él, pero podría dibujar su personaje favorito a modo de distracción.

Recuerdo que me dijo que le gustaba Vegeta. A mí también me gustaba. Dibujarlo no era un problema.
Al fin y al cabo en dragón ball lo único que cambia es el cabello, las caras y lo demás, son tan similares.

Terminé de el dibujo a blanco y negro, mí fuerte no era pintar y le tenía terror.

El príncipe del orgullo, ese era él.

Escribí una nota atrás del dibujo.

Jamás había visto a un príncipe de rodillas, gracias por semejante honor.

La tarde transcurrió más lenta de lo normal, al día siguiente tenía que verlo. Tal vez eso distorsionaba mi percepción del tiempo.

Llamé a mí mejor amigo y le conté todo lo que había pasado, todo lo que sentía por él.

Él no se oía muy contento con lo que estaba escuchando, después de todo no significaba nada bueno. Había pasado poco tiempo y tal vez el creía que era muy pronto.

Y tal vez tenía razón. Acababa de salir de una relación sumamente tóxica y no estaba tomando en cuenta las consecuencias que esto me podría traer a futuro.

Entre tantas cosas no tuve más opción que resignarme a esperar que no pase lo peor.

Me dormí, esperando a que mis ideas se esclarezcan con la llegada de un nuevo día.

Me desperté a las 5 de la mañana, tuve una horrible pesadilla. Desperté llorando de rabia, susto, miedo...

Nada de eso fue real, me repetía una y otra vez, no era real.

Pero lo vi. Y se sintió tan real.

Hasta fin de añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora