Era una pasillo oscuro. Tal vez daba la impresión de ser largo, pero no lo era.
Dió un paso. Trastabilló y cayó de bruces. Se había doblado el tobillo.
Siguió arrastrándose, lentamente, intentando llegar a la puerta. Estaba bien iluminada, contrastaba con toda la oscuridad a su alrededor. Pero no tenía picaporte.
El dolor del tobillo se había hecho algo insoportable. Con solo tocar algo, ya era un infierno.
Decidió amputarlo.
Con el pie en su mano, se arrastraba en el pasillo oscuro, hacia una puerta iluminada, sin picaporte.
Al mirar atrás, notó que su rodilla estaba rota.
A mitad de camino, quiso volver. Un pensamiento carcomía su mente, el hecho de que no había vuelta atrás. Se detuvo por unos minutos, luego golpeó su cabeza con el pié, intentando entrar en razón, y siguió arrastrandose.
Finalmente, llegó a la puerta. Pero no pudo abrirla, ni tampoco levantarse del suelo. No tenía ninguna pierna útil para hacerlo.
Se recostó contra la puerta, y miro el recorrido que había hecho. No eran más que unos 5 metros.
Al notar eso, Pepper río.
Y Andrómeda le habló.
" ¿Que tienes?"
Seguía riendo.
" ¿Escuchas voces?"
A carcajadas.
" ¿Que es lo que recuerdas?"
Toció débilmente.
" ¿ Que fueron de ellas?"
Y la risa se convirtió en llanto.
Se tapó los oídos con sus manos, llorando desconsoladamente.
La puerta finamente se abrió, dejando caer a Pepper hacia atrás.
Volteó rápidamente, y observó que había detrás de la puerta.
Era otro pasillo oscuro, esta vez sin puerta alguna.
Escuchaba su nombre, y esta vez no era Andrómeda. Cada vez más fuerte, una y otra vez." Pepper"
Abrió los ojos. Vió a su nuevo doctor, quien agitaba su débil cuerpo.
- Hola.
- ¿ No me oías?
- ... Si lo hacía, solo estoy un poco dormido.
Phill asintió y le sonrió ligeramente.
- ¿ Como te has sentido?
Pepper bajó la mirada.
- Bien.
El reloj del umbral dictaban las 6:30 pm. Momento de volver. Y este le recordó al doctor que su tiempo había terminado.
- Lo se bien, Pepper. Supongo que no habrá problema en que te quedes conmigo hasta que llegue tu padre, ¿ no es así?
- Supongo que no.
Hacía frío.
- Pepper, ¿hay algo que quieras decirme?, Te veo distraído. Distante.
El frío lo abrazaba, lo apretaba bien fuerte. Sentía caliente su cuerpo.
La habitación era completamente blanca, pocos colores variaban en esta. Pepper estaba sentado en un pequeño sillón, con sus manos estirando su camiseta y sus pies inquietos frotándose por la alfombra. Podía sentir el peso del tiempo, sin embargo, creyó nuevamente que todo era innecesario.
Lo sentía todo, y a la vez nada.- Estoy bien. Es solo que... Mis papás han estado peleando. Dicen que estoy roto.
Parte de eso era mentira. Pues sus padres no peleaban... Al menos no demasiado. Y tampoco decían que estaba roto, pero Pepper lo sentía. En sus miradas.
De todas formas, tal vez tuvieran razón.Phil asintió ligeramente. Se incorporó y acarició el cabello de Pepper.
- Tu no tienes la culpa, pequeño. Nada de lo que te sucede ni te sucedió es tu culpa. Por supuesto, habrá un poco de sufrimiento en el camino, pero para seguir adelante tenemos que abrir la herida, Pepper. Y lo haremos juntos, ¿está bien?
Pepper bajó la mirada, y asintió.
- Bien.
Se escuchó una puerta abriéndose. Pepper volteó, y su padre estaba allí.
Este sonrió al verlo.
Parecía no haber dormido.- Bueno- dijo Phil, dirigiéndose al padre- Es un buen momento para que te retires Pepper. Tengo turno con otra niña. ¿ Nos vemos el próximo martes?
Pepper sintió el brazo de su padre, rodeando su cuello.
- Claro.
Se incorporó del sillón, y camino hacia la puerta con su padre.
Este saludo a Phil, tomó de la mano a su hijo y caminaron hasta la sala de consultas y atención al cliente.- ¿Como te fue hoy, amor?
¿" Amor"?- comento andromeda- ¿ Intenta ser más cariñoso contigo?
Pepper golpeó su cabeza rápidamente, pidiéndole a Andrómeda que se caye.- Bien, creo.
- ¿ De que hablaron allí dentro?
- De... Cosas.- Pepper rascaba su brazo, desviando la mirada.
Su padre lo miró, estudiando su carácter, y luego siguió con su mirada hacia adelante.
Ya habían llegado a la sala, en esta habían otros niños como Pepper. Y Pepper sabía que estos niños eran como el. Eso era lo más escalofriante. Lo más tétrico.
Pepper masajeó sus codos con ambas manos.
La sala se veía ridículamente iluminada, como un jodido hospital. Esa lámpara alumbraba a cada niño, y dejaba ver lod daños, ojeras e imperfecciones de cada uno.
Esa sala daba asco.- ¿Me esperas un segundo aquí, Pepper?- Ordenó el padre, señalando un sillón vacío, completamente iluminado por aquella lámpara. Y el panda hizo caso.
Al sentarse tenía una vista panorámica de los enfermos del lugar.
Algunos tenían marcas en su cuello, otros cortaduras en diferentes partes del cuerpo.
Pepper podía ver la gravedad de la situación. Se encontraba en el purgatorio. En lo peor de lo peor.
¿ Aquí estaban todas las víctimas, o los victimarios, de las cosas más horribles jamás pensadas?
Se intentaba converser de que no. Pero era difícil no pensar en algo así al ver aquella sala.
Tan... Jodidamente iluminada.Phil había salido de aquel cuarto en el que daba las sesiones, y saludo a Pepper con una pequeña sonrisa. Seguido a esto, llamó a la siguiente pequeña que tenía turno con él.
- #€&#+€, ¿ está aquí?
La niña se levantó, y camino hacia Phil.
Pepper dirigió su mirada hacia la niña. Y su respiración empezó a ser entrecortada.
Apretó con fuerza el brazo del sillón, con sus pequeñas manos, y sus ojos se abrieron como platos.
Se estaba hiperventilando... De nuevo.Murmuraba " papá", pero de su boca no brotaba más que palabras sin sentido.
Se incorporó del sillón y corrió, alejándose de aquella chica. Cayó al suelo incorporándose nuevamente para terminar apoyado contra la pared.
Casi no podía respirar.- ¿ Pepper? ¡Pepper!
Se podían escuchar aplausos de algún niño, a quien le parecía graciosisimo que un chico tenga un ataque de pánico.
Desde el punto de vista de Pepper, una silueta negra se mantenía delante suyo, agitándolo y gritándole. Buscando alguna señal de conciencia en el chico.
La silueta se movió por un momento, y pudo ver a la niña nuevamente. Parada debajo de la lámpara, quieta como una maldita estatua.
Parecía sonreír. Y Pepper creyó ver quién era.
Brotó sangre de su nariz.
Su padre seguía moviéndolo de un lado a otro.
Y Erizo sonrió en la lejanía.Una gota de sangre cayó en la alfombra de la sala.
Pepper no supo si era suya, o de Erizo.
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El Nuevo Mecanismo De La Isla
HorrorLuego de la muerte de Oscar, Erizo entra en depresión y hace cosas que nunca hubiera hecho si Oscar aún estuviera vivo. Mientras tanto, también conoceremos un lado de las brujas muy perturbador. Con ciertas "terapias" suyas.... Un fanfic de terror d...