La época de navidad era hermosa para
Jang Wonyoung, y esa noche, era mucho
más que hermosa; era maravillosa. Ella
hacía su navidad maravillosa. Ella, An Yujin.
Una navidad mucho más hermosa que las
demás, pero sigue siendo una navidad en
donde o...
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"Hermosas luces nos dan la bienvenida, las flores en mi mano desbordan fragancia, para poder ver tu hermosa sonrisa otra vez. Me está entusiasmando."
─ Vaya, Yujin, no te recordaba tan alta.
Mi padre hacía todo por distraer a Yujin, mientras mi madre se encargaba de los padres de ella, y todo por no ponerme los zapatos.
Llevaba cinco minutos sentada en la orilla de mi cama, viendo al zapato como si fuera la mujer que me ha roto el corazón. Cansado de la misma situación, tomé el par de zapatillas y comencé a ponérmelos. Pensaba en lo que mi madre había comentado, ¿qué pasaría si hoy, al fin dijera mis sentimientos?, ¿qué pasaría si Yujin me correspondiera? Pero también pensaba en la pregunta más importante, en la que se ha vuelto mi miedo, ¿qué pasaría si nada de eso sucede, y yo quedo como una tonta?
La puerta se abría lentamente, y por fin volví a la realidad, sin embargo, no me giré. Era mi madre, seguramente.
─ Ya me he puesto los zapatos, ¿sí? Sólo necesito un momento más.
─ ¿Más? Pero si yo te veo muy bien arreglada, Wonyoung.
No ahora. Mi cabeza me hace malas jugadas. Esa voz es de mi mamá, sólo estoy alucinando. Estrés, es eso.
─ Por favor, mamá. Ahora bajo.
─ Jang Wonyoung, convives y vives con tu madre desde que tienes uso de razón y no puedo creer que compares su voz con la mía.
Mierda. Sí era An Yujin. Sumergida en mi sorpresa, volteo lentamente. Es hermosa. El vestido le quedaba increíble, tan increíble que por un momento creí que veía a un princesa. Un vestido ajustado pero cómodo de cierta forma, el color era el mismo del de su cabello, lo que hacía que su rostro resaltara aún más de lo que lo hacía con una prenda informal. Su cabello lucía desordenado, pero a la vez, muy bien arreglado. Por Dios, An Yujin, ¿cómo te puedes ver tan bien siempre?
─ ¿Terminaste? ─ Mi amiga me había visto embobado con ella y se burlaba de mi. Lo que te faltaba, Wonyoung. Yo sólo asentí. ─ Bien, porque yo no quiero pensarlo, lo quiero decir. Te ves muy bien con ese vestido, Wonyoung-ssi.
─ ¡An Yujin! ─ Apenas logré poner mis manos en mi rostro, Yujin las quito de ella, dejándome completamente expuesto ─ ¿Cómo dices esas cosas así como si nada?
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