La época de navidad era hermosa para
Jang Wonyoung, y esa noche, era mucho
más que hermosa; era maravillosa. Ella
hacía su navidad maravillosa. Ella, An Yujin.
Una navidad mucho más hermosa que las
demás, pero sigue siendo una navidad en
donde o...
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"Contigo, cariño contigo. Contigo, cariño contigo. Contigo, hermoso día de Navidad"
─ Digo las cosas que pienso, es fácil. Si lo piensas y lo sientes, no te da ningún problema. El problema sería cuando lo dices sin siquiera haberlo pensado o sentido.
─ ¿Y lo piensas?
─ Wonyoung, deberías abrir los ojos de una vez. Ya me cansé de ser sutil contigo en estas situaciones.
Creo que eso es un no.
─ Claro...¡sí, claro! Abrir los ojos. ─ Mi pecho dolía. No sé por qué creí que algo tan hermoso pasaría ─ ¡Anotado!
─ Será mejor que bajes a saludar a mamá y a papá o tú madre comenzará a contar tus historias vergonzosas de pequeña, como en tu cumpleaños
─ Eso fue vergonzoso...
─ Solo baja, sabes cómo son ellos. ─ Soltó una pequeña risa. ─ Wonyoung-ah. ─ Comenzaba a acercarse a mí a un paso bastante lento, para mi era una tortura. Llegando frente a mi, tomó mi mano. Me sentía temblar completamente. ─ Ha pasado mucho tiempo, y todos aquí me han ayudado a aterrizarte en la realidad pero, ¿hasta cuando planeas darte cuenta?
─ Bueno, yo uhm, ¿de qué?
Genial, Wonyoung. Por pensar en tu mejor amiga, no te das cuenta de nada.
─ ¡Wonyoung! ─ El grito de una mujer en la planta baja nos hizo separarnos. ¿Pero qué estaba pasando ahí? ─ Espero estés más linda que de costumbre, ¿oíste? O pensaré que me dejaste esperando para nada.
¡Los padres de Yujin! Estás mal, Wonyoung, ¿Cómo te has olvidado de eso? Mi reacción de sorpresa ligada con miedo pudo ser muy obvia, ya que escuché a mi amor platónico, reír a mis espaldas.
─ ¡Tranquila, mamá, ella luce muy linda hoy! ─ Sonrió más ampliamente una vez que lo vi a los ojos ─ Aunque... aquí entre nos, siempre te ves linda... Wonyoungie
Yujin salió de la habitación con una sonrisa victoriosa, dejándome avergonzada y congelada en mi lugar. Tengo que bajar ya, y tú no me dejas, An.
Llegando a la sala de estar pude escuchar susurros, pero apenas entré ahí, desaparecieron. Todos, incluyendo a Yujin, me miraban divertidos. Y vaya que la diversión se amplió más. Bajé completamente ajena a mi alrededor, mis mejillas sonrojadas. Mi mente seguía en la habitación, recordando el suave tacto de Yujin. Ella tomaba mi mano como si fuera de porcelana fina, como si un movimiento en falso fuera a romperla. Deja de hacerme esto, debo sacarte de mi corazón para evitar arruinar todo.
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