Capítulo 7

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Rahul apenas se había fijado en la cama. Estaba en el balcón, en silencio, mirando el mar. A Anjali le dio un vuelco el corazón. No podía soportar verlo tan triste.

—Es un paisaje precioso, ¿verdad? ¿Te apetece que vayamos a nadar?

—Ahora mismo, no. Voy a ducharme.

—Ah, muy bien. Bueno... yo voy a nadar un rato.

Era como si estuviese intentando evitarla deliberadamente.

Mientras se ponía el bikini, Anjali se dijo a sí misma que era una estupidez sentirse ofendida, que era normal que Rahul estuviera triste.

Pero, por primera vez, le dio vergüenza estar en bikini delante de él. La había visto miles de veces así, pero las circunstancias habían cambiado y decidió cubrirse con un pareo.

—Nos vemos más tarde.

—Muy bien —dijo Rahul, sin mirarla.

Pero la miró cuando paseaba por la playa, su pelo iluminado por la luz del sol.

Cuando se miró las manos, le temblaban. ¿Cómo iba a soportar aquella semana?

Todo era culpa de Tina. Si no hubiera dicho nada, él habría seguido como hasta entonces, confuso por la atracción que sentía por Anjali, pero capaz de echarle la culpa al rechazo de Tina, capaz de decirse a sí mismo que no pensaba con claridad.

Pero ya no podía hacerlo. Todo estaba demasiado claro. Hasta que Tina lo dijo, él no había considerado la profundidad de sus sentimientos por Anjali, pero tenía razón. Claro que estaba enamorado de ella y seguramente siempre lo había estado.

Mientras podía decirse a sí mismo que la quería como amigo todo iba bien, pero ya no podía decirse eso. No sólo quería a Anjali, la necesitaba y la deseaba tanto que le temblaban las manos sólo con mirarla. Estaba deseando acariciarla, explorar su cuerpo, hacerla suya...

Pero no podía ni pensar en ello. Anjali había dejado claro que sólo estaba allí como amiga y no podía aprovecharse de ella, especialmente en aquel momento, cuando era tan vulnerable por su ruptura con Aman.

Y aunque pudiese decirle que la quería, ¿por qué iba ella a creerlo? No podía estar prometido con una mujer y unos días más tarde estar enamorado de otra, se recordó Rahul a sí mismo. Si Tina no hubiera decidido que su amor por Bryn era más fuerte, se habría casado con ella.

¿O no? Su compromiso siempre había tenido un aire de irrealidad para Rahul. La sugerencia del compromiso partió de Tina y él aceptó porque le parecía lo más lógico.

Ahora entendía que sólo había querido olvidarse de Bryn, pero no estaba resentido. Todo lo contrario; se alegraba infinitamente de que le hubiese dicho la verdad antes de que fuera demasiado tarde.

Y no podía pensar en nada más que en Anjali. En su piel, en el brillo de su pelo, en su forma de caminar, en su risa, en el perfume que iba con ella a todas partes.

Había tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para no abrazarla en el avión. Y aquella noche tendrían que dormir juntos... ¿cómo iban a hacerlo?

El contrato, se recordó a sí mismo. Si se concentraba en eso, quizá podría controlar un poco la situación.

Cuando se cansó de estar en el balcón, Rahul decidió bajar a tomar algo al bar y se encontró con su ex prometida. Y, para aprovechar el tiempo, decidieron estudiar la estrategia de la semana, qué querían contar y qué ejecutivos debían ser su objetivo.

Se sentía un poco mejor. Ducharse y ponerse a trabajar era justo lo que necesitaba. Afortunadamente, Tina también estaba deseando aprovechar el tiempo y así se sentían cómodos. De hecho, era difícil recordar que hubieran tenido otro tipo de relación.

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