Capítulo 3

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De repente, se siente 10 grados más caliente en el cuarto de la limpieza.

- Se volverá aburrido esperar a que alguien nos encuentre. Podríamos sacarle provecho a la situación - Max

Me abanico la cara, tratando de recuperar mis pensamientos esparcidos. Max está tan cerca, el espacio es cada vez más pequeño.

- ¿ Eres una de las amigas de Thiago? - max
- De la novia de Thiago, Emma vive conmigo - mia
- Suena a que eres del sur. ¿Qué estás haciendo aquí? - max
- Estoy abriéndome paso en la vida - mia
- ¿Cómo está yendo esto ahora? - max
- Podría estar mejor - porque estoy encerrada en un cuarto de la limpieza con mi sexy profesor, apasionado y con traje formal - mia
- Escuché que Emma es una actriz. ¿Eres actriz también? - max
- No, estoy trabajando para convertirme en médico - mia
- ¿ En serio? Supongo que eres residente en uno de los hospitales centrales - max

Antes de que pueda corregirlo, Max continua.

- Volverse médico es ambicioso. ¿ Qué te hizo querer hacerlo? - max
- Es una larga historia - mia
- Tenemos mucho tiempo. Y amo tu acento. Podría estar escuchar tu dulce voz sureña durante horas - max

Se me escapa una pequeña sonrisa.

- ¿ Lo dices en serio? - mia
- Cada palabra. Vamos. Dime más sobre ti. - max - esta es mi oportunidad para mostrarle a Max mi yo real. No puede relacionarme con estudiantes, peor no sabe que soy una aún. Esta es mi oportunidad para ganarmelo.

Sacudo la cabeza.

- Responde tu primero. ¿ Siempre quisiste ser un profesor de literatura? - mia
- Se suponía que debía ser un jugador de fútbol, como mi padre. Pero cuando llegué a mi etapa de crecimiento acelerado, había descubierto los libros - max
- Debió haber sido un crecimiento muy acelerado - mia
- Si eso, espera, ¿Como sabes eso? No me viste antes de que se cerrará la puerta - max
- Bueno Max, pude ver tu sombras proyectada por el móvil cuando llamaste a Thiago. Y puedo sentir tu aliento en mi frente. - mia
- Bueno, no es justo. No te vi - max

Lo escucho buscar en su bolsillo lo que creo que es su móvil.

- Solo vi lo fuerte y alto que eres - mia

Lo detienes con una mano en su brazo.

- No arruinemos  el momento. Es divertido estar en la oscuridad. Es sexy y misterioso - mia
- Me gusta lo sexy y misterioso - max

Escucho a Max reírse sobre mi cabeza.

- Podría tomar otra cerveza. ¿ Puede tener una también? - max
- Eso suena perfecto.

30 minutos después, hemos pasado un buen rato y comenzamos a jugar a dos verdades y una mentira.

- Tu turno. Dime dos verdades y una mentira - max
- Bueno, nunca he salido del país. Solía ser gimnasta... Puedo atar un palo de cereza con mi lengua. - mia
- ¿Enserio? Quizá puedas enseñarme eso cuando salgamos de aquí - max
- Una cosa más - max
- ¿Sí? - mia
- No hay forma de que hayas sido gimnasta - max
- ¡Lo soy! Era muy buena en ello. Y podía poner mis tobillos detrás de mí cabeza - mia

Max se queda en silencio por un largo momento.

- Ni de broma - max
- Sé que no puedes verme, pero te enseñaré - mia

Me muevo un poco en el espacio reducido y le doy a una estantería con mi codo. Se mueve y una caja cae al suelo.

- Mierda - mia

Me alejo de la estantería y termino casi encima de Max.

- Ehh. Lo siento. No hay mucho espacio - mia
- Está bien, es acogedor - max
- Me gusta estar junto a ti, también - mia
- Tengo suerte - max

Me río. Mi mejilla roza el cuello de su chaqueta.

- Hueles bien - max

La emoción corre por mis venas, baja todo el camino hasta la punta de mis pies. Inclina su cabeza y me huele.

- Como una pradera - max

La tensión es eléctrica. Presiono mis manos contra su pecho, sintiendo la prueba de que fue un ex jugador de fútbol americano. Sientes que sus músculos se tensan, pero para no alejarte. De hacho, se acerca. Sus manos se levantan y se abren paso en mi pelo.

- ¿ Qué estás haciendo? - max
- Tocándote - mia

Deja salir un gruñido bajo. Paras, dándole la oportunidad de que pare. No lo hace. Paso mis manos por su pecho, sintiendo sus pectorales. Luego me deslizo a sus hombros y brazos, memorizando cada centímetro de ellos. Sus manos se desenredan en mi pelo y pasan a mis hombros. Se inclina hacia abajo, de manera que su boca flota sobre la mía. Mi corazón late en mi pecho. Max cierra la distancia. Su aliento es cálido contra mi piel. Me pongo de puntillas y encuentro su boca en la oscuridad. Sus labios chocan contra los míos. Me besa fuerte. Lo suficiente para dejarme marcas. El tiempo se detiene. Su boca me tienta con pequeñas mordidas y lamidas. Succiono su labio inferior y saboreo su gruñido de respuesta.

- He estado tan duro todo el día, bebé - max

Gimo en su boca.

- No sé cómo explicarlo, pero se siente como si hubiera sido por ti - max
- Bueno, yo he estado mojada todo el día por ti, así que supongo que estamos a mano - mia
- ¿ Quieres poner tus manos por todo mi cuerpo? Sólo es justo si hago lo mismo - max

Lento, traza un camino con las punta de los dedos desde tus brazos a tu cadera, y detiene su manos ahí.

- ¿ Es eso lo que quieres? - max
- No dejes de tocarme - mia
- No planeo eso - max

Sus pulgares se deslizan debajo de mi blusa, tentando mi piel desnuda.

- Espera. Esto va muy rápido - mia

Deja salir un suspiro profundo y da un paso hacia atrás.

- Tienes razón. Esto probablemente sea un error - max

Arrugo la nariz ante su declaración. La puerta se abre de repente y la luz invade la oscuridad.

Hasta aquí el capítulo de hoy. Espero que les haya gustado y no olviden votar y comentar 💘💘

Seduciendo a mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora