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El día se deslizaba suavemente hacia el tiempo de recreación en el centro psiquiátrico. Hyunjin, confinado en su habitación el día anterior, había logrado un reprieve. Convenció a su psiquiatra de su arrepentimiento por los eventos previos y se sometió a su dosis diaria de medicación sin rechistar.

–Realmente lo siento, Dr. Kim, por lo de ayer. –Hyunjin había asegurado a su psiquiatra con ojos llenos de arrepentimiento.

–Hyunjin, es importante que comprendas por qué estamos aquí. –Dr. Kim había replicado, con un tono de severidad en su voz. –No es un castigo, es para ayudarte a lidiar con tu enfermedad. ¿Lo entiendes?

–Lo sé, Dr. Kim. Me disculpo. Estoy listo para la medicación ahora.

Por su buena conducta, se le había permitido su tiempo libre. Caminó por los pasillos, la voz de Spike, su constante acompañante, cuchicheando en su oído. A pesar de la presencia persistente de sus alucinaciones, Hyunjin se dirigía al taller de manualidades. Allí, se anunció que estarían haciendo pulseras coloridas.

–¡Hoy es un gran día! –exclamó la Sra. Lee, su entusiasmo burbujeante era casi contagioso. –¡Vamos a hacer pulseras coloridas! Cada uno de ustedes tiene una cajita llena de cadenas, hilos y dijes. ¡Vamos a hacer algo hermoso!

Los demás se dedicaron a la tarea con entusiasmo, pero Hyunjin se quedó sentado, el rostro inexpresivo mientras Spike continuaba su parloteo incesante. Y entonces, la voz de Spike se apagó, reemplazada por un rostro familiar. Lee Felix, el chico de pecas de la noche anterior, se encontraba frente a él.

–¿Puedo sentarme aquí? –preguntó Felix, su voz suave.

Sorprendido, Hyunjin asintió. –Claro, siéntate por favor.

La conversación que siguió fue sincera y abierta, con Felix disculpándose por su comportamiento previo y admitiendo sus propias luchas.

–Soy Lee Felix, encantado de conocerte. –Felix se presentó con una sonrisa genuina.

Hyunjin correspondió con una sonrisa propia, una rareza estos días. –Yo soy Hwang Hyunjin. Y ellos son Spike y Lim, mis únicos amigos aquí.

A medida que avanzaba el día, Hyunjin se encontró trabajando en su propia pulsera, inspirado por la conversación con Felix. Aunque la tarea parecía trivial, ofrecía un sentido de normalidad en su vida inestable.

–Hyunjin, ¿cómo terminaste aquí? –preguntó Felix, su voz llena de curiosidad.

Hyunjin suspiró, recordando su camino hasta aquí. –Hace un tiempo, estaba teniendo ataques paranoide-maniacos, a parte de que me la pasaba hablando con Spike que según mis padres, no existe, pero yo lo veo muy claro aquí. Mis padres no quisieron hacerse cargo y me internaron. Esa es mi historia.

La respuesta de Felix fue de comprensión y simpatía. –Lo entiendo, Hyunjin. Lo lamento muchísimo.

Hyunjin, sin embargo, le restó importancia. –No lo lamentes, Felix. De hecho, eres lo mejor que me ha pasado desde que estoy aquí encerrado.

En ese instante, sus miradas se encontraron y una sonrisa apareció en ambos rostros. Había una chispa de esperanza, una promesa tácita de amistad en medio de la oscuridad de sus circunstancias. Por un breve momento, Hyunjin se permitió creer que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían mejorar.

٬  👤 ․⠀Hallucination.  ˚ . ✦ (Hyunlix) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora