POV:GeneralHabían acordado verse todos a las 11 am. en el instituto, Addison tenía que estar ahí pues era la encargada hasta el momento, Callie iría por puro protocolo, como trabajadora debía estar ahí, Mark estaría ocupado así que llegaría mucho más tarde si es que le daba tiempo y Arizona como futura compradora debía supervisar que todo estuviera correcto.
Hizo caso a lo que le había dicho Mark y se arregló. Ir de negro siempre era una buena opción, escogió unos leggins casuales de vestir, una blusa de botones blanca y una chaqueta ligera negra con unos botines blancos de tacón. Quería verse importante, de esa manera los demás la respetarían, sobre todo el contador, no quería dar la apariencia de una adolescente, sino de alguien que sabe lo que hace.
A diferencia de siempre decidió llevar otro de sus coches, hoy se sentía imponente y nada la iba a hacer sentir menos, escogió el Lamborghini.
En lo que se arreglaba y desayunaba se le hizo tarde, salió rápido de su casa y condujo hasta el recinto. Addison y Callie ya estaban ahí. Entró apurada y casi cayéndose.
—Ey tranquila, ¡vaya! Arizona te ves súper guapa, ¿quieres agradarle al contador?
—¿Qué? No para nada, hoy amanecí sintiéndome poderosa, eso es todo Addison. Tú también te ves muy guapa.
—La melena rubia salvaje le da el toque—decía Callie riendo, haciendo referencia a que Arizona al casi caerse de despeinó—pero fuera de broma si te ves muy guapa, que bien que le hiciste caso al consejo de Mark.
—Ehm gracias. No fue exactamente por hacerle caso, fue más bien un mood.
Arizona puso las carpetas que traía en la mesa acomodando todo para estar listas cuando llegara el contador, Mark no le había querido decir cómo se llamaba así que no tenía idea si sería alguien conocido o totalmente nuevo. A los veinte minutos la puerta sonó y como estaba abierta el rostro se hizo presente.
—Buenas tardes...¿se encuentra la señorita Robbins?
—¿Se refiere al señor Robbins?—preguntó Addison.
—¿Andrew? ¿Que haces aquí?
POV: Arizona
Esa voz que hacía años no escuchaba me resulto tan familiar que al voltear lo confirmé.
—¿Andrew? ¿Que haces aquí? ¿No me digas que tú eres el contador?
—Ciao bella, tanto tiempo sin vernos...por Dios estás guapísima, va a ser genial trabajar juntos.
—Pero...—estaba tan asombrada que no sabía que decir—¿cómo...tú...cuando regresaste?
—Regresamos. Hace al menos un mes.
—¿Regresaron? ¿Ella volvió contigo?
Escuché como unos pasos se acercaban y mi corazón se aceleró a tal grado que casi podía escuchar mis latidos. «Por Dios que no sea ella, por Dios que no sea ella»
—Ciao bambina—su voz retumbó en mis oídos, su exquisito acento italiano estaba aún más notable que antes—sorpresa.
«Mierda, si era ella»
—Oh por Dios.
—¿Eso es todo lo que dirás? Esperaba un 'Hola, que alegría verte'
ESTÁS LEYENDO
Tú, Secretos y Adicciones.
RandomEstá comprobado que los secretos y las adicciones van de la mano, hasta que alguien las hace visibles. Arizona Robbins, aburrida de su nueva vida no tendrá más remedio que buscar algo en que pasar su tiempo aunque no tenga idea de que aquello que m...