Prólogo

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Era noviembre y en el ambiente ya se respiraba cerca el olor a navidad. El parque ya lo empezaban a decorar con lucesitas y adornos.

—El año ya va a terminar y no hiciste nada nuevo— dijo mamá suspirando.

—¿Te parece que mudarme de la ciudad a un pueblo pequeño, dejar a la familia, dejar a mis amigos y tener una hermana nueva no es nuevo?—dijo de mal humor.

—¿Vas a empezar con lo mismo otra vez? Zona si nos mudamos es para tener más tranquilidad, no digas "hermana nueva" porque suena a juguete y tu hermana no es eso y me refiero a que no has hecho amigos ni saliste nunca de la casa en casi un año.

—No tengo interés en hacer amigos acá, si salía de la casa aunque sea para ir a la tienda y también voy al campo de vez en cuando, además no encuentro nada que sea interesante como para salir de la casa, prefiero ver a Sofía crecer y no correr el riesgo de perderla— dijo con un atisbo de tristeza en su voz mientras veía a la bebé que llevaba mi mamá en brazos.

—No vas a perder a Sofía— decía mirándola con cariño.

—Eso no lo sabes ni tú, ni yo, ni nadie— contestó suspirando.

—¿Que tal tutoría? Te gusta estudiar y puedes venir aquí sin compromiso, además falta te hace porqué no quisiste seguir en la escuela— dijo mientras señalaba con el dedo una pequeña institución de tutoría que por fuera tenía pintado un bonito mural de colibrí.

—Claro para que se burlen de la niña que no quiso seguir estudiando, como sea me da igual, mientras me den buenos libros para leer todo está bien.

—¿Sabías que cuentan con su propia biblioteca en el segundo piso?

—¿De verdad?— preguntó más animada.

—Sí, antes esta biblioteca era pública, aquí venía yo de niña pero ahora es privada.

—Vaya, no tenía idea, ¿vamos a pasar a preguntar?

—Sabía que una biblioteca alimentaria tu curiosidad, vamos...

Entraron y lo primero que salto a la vista fue al fondo un escenario pequeño con un auditorio algo grande,  más al fondo los baños y un poco antes una puerta discreta, cómo no había nadie afuera se dirigieron a tocar la puerta.

—¿Qué se les ofrece? — habló una mujer de estatura mediana.

—Buenas tardes queríamos saber ¿que se necesita para entrar a tutoría? — dijo su mamá.

—¿Necesitan algún certificado o solo es por aprendizaje?

—Aprendizaje podríamos decir, en realidad solo quiero que se distraiga en algo nuevo— mencionó volteando a ver a Arizona.

—Bien, solamente tienen que dejar una copia de su identificación oficial y una foto de la persona que estudiará.

—Perfecto, ¿puedo dejar mi identificación? Porque ella está por cumplir la mayoría de edad y aún no tiene su identificación.

—Claro, usted sería su tutora a cargo pero solo para el registro, y solo quedaría tomarle la foto para que quede en el sistema.

—Bien pues de una vez.

La mujer entró de nuevo por la puerta y dijo un nombre que no alcanzaron a entender, salió seguida de dos chicos con un fondo blanco cargando y atrás de ellos una chica alta.

—Pónganse ahí y sosténganlo sin moverse ni hacer bromas— dijo la morena a los chicos con un tono autoritario— y tú ponte ahí y mira de frente a la cámara— le dijo a Arizona.

—Ok— dijo esperando que fuera un poco más amable, aunque en su cara no se veía interés de nada.

—Centra bien tu cara y no te muevas— dijo acercándose a ella y poniendo su cara en una posición derecha y firme.

—Mmju— murmuró incómoda debido a su gran cercanía, su cara era intimidante aunque bien parecida, su mandíbula era remarcada y sus ojos café avellana, sí era guapa, y si miraba para abajo podía ver su pronunciado escote así que eso era más incómodo todavía.

Se alejó, tomó la foto y listo.

—¿Cuándo puede empezar?— pregunto su mamá curiosa. Esa señora de verdad quería verla fuera de casa.

—Si quiere el viernes o el lunes de la próxima semana aunque esa será la última semana del año por que salimos de vacaciones, también podría esperar y empezar en enero.

—En enero está perfecto— se adelantó a contestar y sintió la mirada inquisitoria de su madre— no tiene sentido empezar el viernes si yo me voy de vacaciones el sábado mamá— dijo volteándola a ver.

—Scheisse— dijo su mamá en Alemán y seguramente la otra mujer no entendió porque tenía cara de confundida, Az solo rió al escucharla— no recordaba que te ibas este sábado, bien pues muchas gracias por su tiempo, nos vemos en enero— dijo dirigiéndose a la mujer.

—Nos vemos en enero—replicó— mi nombre es Claudia...

—Natalie, mucho gusto señora Claudia.

—Adiós— dijeron al unísono las tres.

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Ahora quedaba hacer maletas, prepararse para ir a ver a su familia que hacía casi un año que no veía y para cuando vuelva quizá solo quizá tenga interés en estar en las clases de tutoría, de lo contrario se escaparía a la biblioteca que ahora sabia de su existencia....


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Este es el comienzo de una historia que me hace mucha ilusión y me tiene emocionada, espero que a ustedes les guste tanto como a mi.

No olviden votar si les gustó y vayan contándome que piensan <3.

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J. B.          Xoxo.

Tw. TorresxRamirez

Tú, Secretos y Adicciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora