Tú, Secretos y Adicciones.

Perdiendo el control.

POV: General

La noche cada vez iba siendo más oscura, el ambiente era liviano y una que otra risa se escuchaba de repente.

-¿Entonces te escapas de tu casa? ¿No te da miedo?

-Para nada, no me da miedo por que a donde voy es seguro, y técnicamente me escapo con permiso, mi mamá sabe que lo hago.

-¿Por qué?

-Por que a veces necesito salir de la realidad... Llegamos.

El lugar estaba resguardado por un gran portón y a lado había una pequeña caseta donde un guardia de seguridad estaba medio dormitado pero en cuanto vio el coche acercarse al portón lo abrió.

Ambas bajaron del auto, Callie llevaba la caja de pizza en un brazo y con el otro sostenía unas cervezas, Arizona estaba sacando de la cajuela unas mantas y un banquito. Al verla Callie empezó a reír.

-¿Es que tú tenias el plan armado ya?

-¿Por esto? -señaló las mantas- no, siempre cargo unas por si llego a necesitarlas.

-Así que haces este tipo de cosas a menudo...¿así conquistas a tus chicas? -se rió.

-Suena romántico pero no, nunca traigo a nadie conmigo, eres la primera. -eso había sonado más coqueto de lo que quería- Y te traigo por que querías distraerte, obvio. ¿Vamos?

Callie asintió.

-Buenas noches señorita Robbins, supuse que vendría pero no hoy. ¿Se encuentra bien?

-Gracias por preguntar Lucas, estoy bien, quería mostrarle este lugar maravilloso -decía Arizona mientras señalaba a Callie- su nombre es Callie.

-Buenas noches señorita Callie -el señor le sonrió amable- pues bienvenidas, cualquier cosa aquí estoy.

-Gracias. ¿Y Andrés?

-Debe andar por los establos, esta dando el recorrido de rutina, seguro por ahí se lo encuentra.

-Ok -sonrió y volteo a ver a Callie- andando.

Era un gran terreno, había césped, uno que otro árbol no tan grande, al fondo había un establo y más a la derecha se veía el reflejo de la luna en el agua, había un pequeño lago.

Se dirigieron al lago y en el césped pusieron las mantas y la comida.

-¿Y la historia? -preguntó Callie.

-¿Que historia?

-La de este lugar.

-Es un poco extensa...no quiero aburrirte

-Para nada, tenemos todo el tiempo del mundo ¿no?

-Ok...Es el lugar donde viven mis caballos -Arizona se sentía dudosa de contarle sus pequeñas historias pero decidió omitir algunos detalles; en lo que ella le contaba ambas se sentaron a comer pizza- cuando era pequeña soñaba con tener un caballo pero como vivíamos en la zona metropolitana era imposible, de vez en cuando veníamos de vacaciones aquí y siempre dije que si compraba algún terreno lo haría aquí para tener caballos, cuando cumplí 18 años mi hermano me trajo para acá, resulta que había comprado este lugar y había un precioso caballo café lleno de pecas, lo llamé Cookie. Con el paso del tiempo Cookie obtuvo un hermano Biscuit y después llegó Vainilla. Cuando las cosas no van bien o me siento triste siempre vengo aquí o cuando me siento enojada o estresada voy al campo de golf a golpear unas cuantas pelotas, me desahogo y después vengo aquí. Es mi lugar seguro. De hecho el campo de golf está pegado a este, hay por ahí un camino que los conecta. Y básicamente esa es la historia de este lugar...