Prólogo.

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—Dan, te lo pasas de fiesta en fiesta, rompiendo corazones, sin ir más lejos los otros días casi te rompes todos los huesos.¿A quién se le ocurre patinar en una piscina vacía?—me preguntó Mónica mientras yo tomaba un poco el aire desde el balcón de mi casa.

—A este loco.¡¿Creés que me gusta lo que estoy haciendo!?—le respondí mirando a mi amiga a sus ojos.

—Mi vida, te conozco desde que éramos unos niños, desde muy chicos viajamos a todos los lugares juntos, te doy consejos, te cuido y por eso sé que no te gusta lo que estás haciendo, lo haces para olvidarte de ella—esas palabras removieron lo que quedaba de mi corazón.

—¡Siempre tienes que mencionarla!—le grité mostrándole así mi genial carácter de mierda.

—Dan, no soy tu enemigo, soy tu mejor amiga y ¡Si!, siempre te voy la voy a mencionar, siempre te sacaré en cara tus errores para ver si así cambias un poco tu personalidad—ella sin dudar me respondió esta vez.

Era la primera vez que la veía así, sin nervios, sin dudar las palabras que me iba a decir, por eso no me quedó otra opción que responderle de esta forma.

—La niñita se esta haciendo mayor—con mi tono de voz burlón le decía que no me importaban sus palabras.

La cara de mi amiga cambió por completo, se me había olvidado que era buena lanzadora y ya que ella estaba en la cocina y yo en el balcón me empezó a lanzar todo lo que se encontraba por su camino.

—¡Odioso!, ¡Insoportable!, ¡Inmaduro! , ¡Niñato!, ¡Demonio!—esos eran sus insultos, mientras yo tenía que estar esquivando platos, cucharas, hasta la tostadora me lanzo la muy loca.

Sin embargo ella tenía un punto débil, aunque no lo crean yo mismo era ese punto débil, por eso empecé a caminar hacia donde se encontraba ella, mientras daba un paso me quitaba una prenda de mi ropa.

—¡Dan no!, no, no y no—me repetía mientras se tapaba sus ojos con sus manos.

Ignorando aquellas palabras seguí caminado hasta que ya no tenia ropa, sólo mi ropa interior cubría mi parte genital.

¿Se preguntaran como descubrí que era yo quién sacaba de sus casillas a mi mejor amiga?.Bueno les cuento como fue.

Todo comenzó en una playa en Venezuela, les mentiría si les dijera el nombre, todo marchaba bien hasta que decido cambiarme de ropa, pensé que no pasaría nada si lo hacia delante de ella, error mío, pude ver en sus ojos ese deseo de tocar mi cuerpo, sus mejillas no lo podían ocultar, eran tan rojas como el mismísimo color de las manzanas y yo que soy un demonio simplemente la besé.

La Historia De Dan (En Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora