▍𝟬𝟬𝟰. the meeting

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La celebración conocida como la "juntada" se erigía como uno de los pocos eventos festivos permitidos en Hogwarts. De alguna manera, un acuerdo tácito con los prefectos, el director Dumbledore y la profesora McGonagall garantizaba una noche exenta de intervenciones y pérdida de puntos por parte de las autoridades escolares. Sin embargo, la tradición de llegar al lugar evitando ser vistos por los pasillos constituía un componente esencial que todos los estudiantes anhelaban. Debían ir hasta la sala de menesteres, lugar donde se realizaba aquella juntada, evitando al celador y a su horrible gata.

El grupo de chicas de Gryffindor estaba completamente preparado para emprender el camino hacia la sala de menesteres. Con tacones en mano, avanzaban por los pasillos gélidos de Hogwarts, cruzándose con alumnos de otras casas pero de su mismo año en el recorrido. A pesar del silencio que predominaba, sus rostros exhibían sonrisas nerviosas, alimentadas por la expectación de cómo sería su primera participación en la juntada.

Una vez alcanzaron su destino, atravesaron la imponente puerta que separaba el interior del castillo con el espacio especialmente creado para la ocasión. En contraste con los pasillos apacibles, la música retumbaba por todo el recinto y las luces destellaban en una gama de colores vivos. En las mesas se vislumbraban algunas botellas repletas de alcohol, y en una esquina, un recipiente de ponche aparentemente ya adulterado. Para Bianca, estar finalmente en el lugar del que se había hablado durante días era una experiencia surrealista. Para su grata sorpresa, no tenía que soportar la presencia de la que ella consideraba una arpía: Amber, su prima, quien además parecía una lapa que no se separaba ni un segundo de los labios de Potter desde que había llegado ella a Hogwarts.

El grupo se dirigió hacia la mesa de bebidas, donde se encontraba el ponche. Mientras tomaban sorbos de la mezcla, el cálido sabor del alcohol se deslizaba por sus gargantas, marcando el inicio de una noche que prometía ser inolvidable.

La pista de baile se llenaba de luces centelleantes, creando un ambiente vibrante y animado que complementaba la música que resonaba en el espacio. El grupo de amigos se mezclaba con otros estudiantes, creando una amalgama de risas, movimientos y expresiones de felicidad que caracterizaban las noches de juntada en Hogwarts.

Marlene se desplazó con destreza hacia Sirius, y el preludio de una nueva conexión entre ambos se dibujaba en el aire. Las chicas, entre risas y comentarios emocionados, se dirigieron hacia la mesa de bebidas para recargar sus vasos con más ponche, sumándose así a la atmósfera festiva que inundaba la sala de menesteres.

Bianca, acompañada de Lily y Mary, disfrutaba de la animada charla mientras se servían una nueva ronda de la mezcla mágica. El ponche, con su sabor cálido y embriagador, añadía un toque especial a la velada.

De repente, una mano se posó en el hombro de Bianca, provocándole un ligero sobresalto. La voz que le acompañó era inconfundiblemente la de James Potter, cuyas palabras sugerían un deseo de robarle un momento en medio de la festividad.

– ¿Os importa si os la robo un rato?━ inquirió James, su tono llevando consigo un matiz juguetón y ligeramente afectado por el consumo de alcohol. Internamente, Bianca esperaba una reacción más cautelosa por parte de sus amigas, pero estas estaban tan inmersas en la atmósfera festiva que apenas percibieron la solicitud de Potter.

Sin resistirse demasiado, Bianca dejó que James la guiara hacia la pista de baile. La música envolvía sus sentidos, y la inusual petición de hablar mientras bailaban generaba una tensión curiosa entre ellos. La luz parpadeante y los colores destellantes parecían crear un mundo aparte para ambos, separándolos momentáneamente del bullicio de la celebración que continuaba a su alrededor.

– ¿Qué te parece si aprovechamos esta oportunidad para aclarar algunas cosas?━ propuso James, buscando establecer un diálogo en medio de la música envolvente y la energía vibrante de la pista de baile. Era un encuentro singular en el que las palabras competían con el ritmo, creando un escenario inusual para una conversación.

𝐇𝐔𝐑𝐑𝐈𝐂𝐀𝐍𝐄 | JAMES POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora