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— Me siento demasiado nervioso. — Tiago les confiesa a sus amigos, una vez que el día acordado entre Thomas y él para poder salir llegará por fin. — ¿Y si no viene? — consulta, a la misma vez que se paseaba con nerviosismo por toda su habitación, mientras se comía las uñas de sus manos a causa de los nervios.

— Dale, cálmate un toque. — Lombardo le pide al pelo de hongo, quien intenta hacerle caso, pero todo resulta en un fracasó total.

— ¿Y qué tal si no le gusto o si no le intereso lo suficiente como para conocernos más? — Pacheco agrega, sentándose por fin en la orilla de su cama. Donde también se encontraban Monzón y Sauthier, comiéndose la boca entre ellos mismos, como siempre lo hacían. — Che, no se les vaya a ocurrir coger en mi cama. — les dice, sabiendo perfectamente lo calenturientos que eran esos dos.

— Boe, pero que aburrido. — el ojiverde se queja, dejando por fin la boca de su novio en paz. — Y no veo porque haces tanto drama. — comenta, acariciando levemente el rostro de Enzo. Quien tenía algunas marcas de brillo labial por su rostro y ropa, ya que a Monzón le gustaba ponerse ese tipo de cosas, solo para marcar territorio con su hombre. — Porque si no le interesarás, no te hubiera aceptado tener esta mini cita en primer lugar. — indica, no dejando que Pacheco le diga algo o que lo interrumpa cuando estaba hablando.

— Mi bebé tiene mucha razón. — Enzo le sigue la corriente a Monzón, quien le tira un besito al aire, por pensar de la misma manera que él. — Si no le interesas, no te hubiera dicho que sí a hacer todo esto. Así que cálmate, respira profundo y trata de ser vos mismo cuando estés con el. — aconseja, consiguiendo que Tiago vea rápidamente a Lombardo, solo en busca de saber si este estaba de acuerdo con lo que aquellos decían.

— Me cuesta admitirlo, pero el dúo de pajeros te está diciendo una gran verdad. — Mauro habla, asintiendo un par de veces, ya que lo que aquellos dijeron era más que lógico y cierto.

— Eu, ¿A quién les estás diciendo pajeros? — Monzón se queja con indignación.

— A ustedes, ¿O prefieren que les diga ninfómanos veinticuatro siete? — Lombardo se burla del ojiverde, quien solo abre la boca con indignación.

— Seguí así, y no te voy a ayudar ni mierda para que puedas conquistar a Matías. — Monzón le amenaza, haciendo mención de uno de sus mejores amigos.

Quien era una persona re tímida, y que no le gustaba socializar con casi nadie, pasando por desapercibido ante los demás, pero que aún así fue capaz de llamar la atención de Lombardo. El cual le venía rogando desde hace tiempo al peliblanco, para que lo ayudara a acercarse a Spallatti y así intentar algo con aquel.

— Pelotudo. — Mauro se queja con cierta molestia, para después tomar un cojín que estaba a su alcance, para tirárselo a la cara al peliblanco.

— Definitivamente no te voy a ayudar. — Monzón sentencia, recibiendo un nuevo almorzado en la cara. — Usted, mi estimado compatriota, ha decidido tomar el camino de la muerte. — dice, para después irse a las manos con Lombardo, aunque no fuera más que una pelea de nenes.

— Ay no, con amigos como ustedes, para que necesito enemigos. — Tiago dice, observando como aquellos dos se mataban. Aunque tenía que admitir, que lo estaban ayudando, a pesar de que solo fuera un poco.

Pero en estos momentos, toda ayuda era completamente valiosa y aquellos tres. Eran sus mejores amigos, así que no podía hacer nada para cambiarlos.

Me Gusta : Tiagsher : FINALIZADA ✅✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora