Asistente o asistonto

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Jorge había resuelto lo del asistente, una linda chica era quien ahora ocupaba el puesto desde hacía un mes, y parecía funcionar.
En ese tiempo ni Emilio, ni Jorge se encontraron, y cuando la asistente pedía alguna carpeta, era Emilio quien la llevaba, platicaba un momento con la chica y se retiraba.
Las cosas en casa mejoraron por mucho pues Emilio era responsable de sí mismo, y como adulto abrió una cuenta en el banco en donde empezó a ahorrar para sus estudios, estaba aprendiendo a administrar el dinero, así que cuando salía con Roger y Romina o Darío le invitaba a pasar el rato, era cuidadoso de sus gastos, pero no era mezquino.

El ambiente en el trabajo era bastante bueno, tal vez tenía mucho que ver el que Jorge Sola fuera gay, realmente le allanaba el camino, pues mucho del personal era bastante tolerante, de lo contrario eran enviados a pláticas sobre respeto, tolerancia y fobias, si dicha persona reincidía en alguna agresión, eran despedidos.

Emilio había recibido sus primeros bonos por ser puntual, eso le motivaba para llegar temprano,

Sus mañanas eran mayormente tranquilas hasta que no lo fueron— ¿sucede algo?, Preguntó Emilio ante la multitud de gente que chismorreaba en el pasillo.

Una mujer de mediana edad le respondió, —el novio de la nueva asistente vino para decirle que dejara el trabajo pues andaba de puta con el Jefe, —la mujer sonó ofendida, —¿te puedes imaginar?, ¡es el jefe Sola!, ¡Él es muy guapo, pero todos saben que es gay!, —la mujer estaba claramente ofendida por el desagradable incidente.

—Emilio la miró mientras sus labios pintados con un ligero brillo de labios se estiraron en una infantil sonrisa, —bueno evidentemente ella no le advirtió a su torpe hombre por eso, y ahora ¿qué va a hacer el jefe? —preguntó Emilio mientras se dirigía al elevador caminando de lado con la mujer después de haber checado su entrada, la mujer se encogió de hombros.

—Ni idea, Vicente fue despedido después de obsesionarse con él y ahora esto, —la mujer miro con cierta suspicacia a Emilio que se hizo al desentendido, así que mejor se despidió de ella, entendiendo que el muchacho no diría algún comentario, mientras Emilio entró a su departamento y como siempre que llegaba temprano encendió la cafetera para don Anselmo, y sacó los archivos que necesitarían los diferentes departamentos, mientras estaba concentrado revisando en la computadora la lista actualizada de archivos.

Muchos compañeros trataban de que el chico dijera algo sobre los incidentes, pero el joven muy discreto nunca dijo una sola palabra a alguien sobre lo que había pasado con el asistente y el jefe un mes atrás, si sus compañeros sabían, era gracias a Vicente, quien antes de recibir la demanda del jefe, se la pasó regando chismes por todos lados, hasta que recibió una notificación legal, solo así se mantuvo callado.

Sacando a Emilio de su tranquila rutina el teléfono sonó, —Buenos días archivo.

—La profunda voz de Jorge sonó del otro lado, —Emilio buenos días.

—buenos días señor Sola, ¿en qué le puedo servir?

—Mira necesito la carpeta de ventas del período enero-marzo, —Emilio rápidamente las tomó, las tengo señor, ¿para qué hora las necesita?

—Jorge suspiró en una hora tráemelas, por favor y solo toca mi puerta.

—claro señor.

Don Anselmo y Emilio contaban las carpetas que ya se habían juntado durante el transcurso de la mañana.

—Don Anselmo voy a llevar estos documentos al Jefe.

Don Anselmo asintió sin dejar de leer el periódico, claro Emilio, por favor al salir cierra bien, ya que el picaporte está fallando y hay que azotar fuertemente para que se mantenga cerrada.

Switch, Serie BDSM ÚLTIMO LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora