Sin humillación no hay perdón

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Viernes por la noche y el club estaba bastante concurrido, una vez más Jorge llegó con un sub al que ya había tomado algunas veces, rompiendo así, rompiendo de esa forma su código de no repetir con la misma persona.
— ¡Hey señores!, Parecía que el estado de ánimo de Jorge volvía a ser el mismo, haciendo que sus amigos respiraran tranquilos.

—Hola Jorge, pensamos que no vendrías, —Jorge se sentó, e hizo una seña para que el fornido joven tras él se arrodillara en un pequeño cojín.

—Hay mucho alboroto en la barra, —Jorge miraba desaprobando esa falta de organización.

—Bueno es que Gil pidió unos días la semana pasada, —Gerónimo dio una botella de jugo a Darío y besó suavemente la boca del chico.

— ¿Pasa algo malo con Gil?, —Jorge parecía preocupado.

—Fue su aniversario y su hijo les regaló un fin de semana en algún lugar, —Cristóbal respondió sin mucho interés pues sus manos estaban "ocupadas" tocando a Gael.

Jethro sonrió de lado, —propusimos a Gil que deje a su hijo venir a cubrirlo, pues dos de los chicos de la barra están enfermos y los meseros no podrían con todo.

Jorge en automático se levantó para buscar con la mirada a Emilio, al cual encontró apurado sirviendo las bebidas, él no las preparaba pero hacía un buen trabajo sirviéndolas a los meseros y platicando con la gente para calmarlos y distraerlos, Jorge sintió la sangre hervir cuando vio que Emilio platicaba muy alegre con un Dom al cual Jorge conocía, —ahora vengo, — Jorge habló al oído al joven sub que se encontraba a sus pies, su expresión confusa y enojada confirmó a todos que acaba de ser despedido, Jorge no prestó demasiada atención, se ajustó el saco y se encaminó a la barra.

Los otros Doms junto con sus parejas no apartaron las miradas del camino de Jorge, quien se abrió paso sin dificultad entre los asistentes vestidos de cuero, antifaces, tacones, y piel... Mucha, mucha piel.

— ¿Todo bien aquí?, —Jorge deliberadamente se acercó hasta donde estaba Emilio, quien al verlo sonrió muy cortésmente como quien disimula una aversión.

—Buenas noches, —respondió una alegre ama, —este chico es una sensación y es tan bonito y dulce, —Jorge no se perdió la mirada depredadora que la mujer le lanzó a Emilio.

Jorge solo sonrió, hasta que una voz vagamente familiar le habló, —buenas noches Sola, —veo que hoy no traes a algún sub, ¿andas de cacería?

—Jorge no se molestó en voltear a ver al atractivo hombre ahí parado, —no, —respondió Jorge secamente mientras sus ojos seguían de cerca cada movimiento de Emilio quien no detuvo su trabajo, —vine a checar el club junto con mis socios, ahí. En el tono de voz estaba la prepotencia, la mirada hambrienta de Jorge viajo hasta Emilio quien siguió en su trabajo sin distraerse.

El Dom se dio cuenta de la mirada depredadora de Jorge, —has cambiado tus gustos... —afirmó este sin pena alguna. Era muy claro que buscaba provocar.

Jorge apretó los puños intentado un control que no sentía, —los cambios son buenos, —su respuesta fue seca y o buscaba contradecir la afirmación del hombre.

El Dom viendo que no tendría oportunidad brindó por Jorge, —espero que cuando tengas al twink me permitas ver una escena de ustedes juntos, —Jorge asintió sin confirmar o negar algo.

Emilio se movía incómodo sintiendo la mirada de águila que Jorge tenía sobre él, parecía molesto por verlo ahí. Emilio ya había decidido que no se retiraría, su padre a regañadientes aceptó la sugerencia de Jethro para que invite a su hijo a ayudar con el servicio, pues estaban faltos de personal, aunque en realidad era un plan para intentar que Jorge haga algún movimiento y si eso no resultaba pues cada uno seguía su camino sin problemas.

Switch, Serie BDSM ÚLTIMO LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora