Me recuesto en tu pecho mientras juego con ellos. Después veo esos huecos vacíos que me hacen saber que he hecho algo hermoso.
Tú ya eras hermoso, pero mis manos te volvieron algo mejor.
Algo que necesito.
Parecen canicas, dos bolas pálidas y secas que ya no brillan. Pero dentro de todo me siguen gustando tanto, que su sabor me hace sentir que sigues aquí.
Admiro tu cuerpo, tu olor feo y tus dedos.
Poco a poco te estás yendo.
Te estás convirtiendo en polvo mientras afuera preguntan por ti.
Nadie sabe que estás aquí.
Nadie sabe que te comí.
Y por más que te sigo probando, no puedo evitar llegar al punto máximo que me hace seguirte deseando.
Te sigo amando.
Por más que tú me hayas gritado cuánto asco y miedo me tienes.
Ya sólo son palabras que se llevó el viento, porque te tengo entre mis dedos, manchando las sábanas con lo que queda de ti.
Manchando de ese olor asqueroso que me vuelve loco.
Manchando de recuerdos aquella cabaña donde te dije que te amaba. Siendo una mentira para que jamás te marcharas.
ESTÁS LEYENDO
𝖽𝖺𝗇𝗀𝖾𝗋!
Short Story« ¿𝖱𝖾𝖼𝗎𝖾𝗋𝖽𝖺𝗌 𝖼𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖽𝗂𝖻𝗎𝗃𝖺𝖻𝖺 𝗌𝗈𝗇𝗋𝗂𝗌𝖺𝗌 𝖾𝗇 𝗍𝗎 𝗉𝗂𝖾𝗅? ¿𝖮 𝖺𝗊𝗎𝖾𝗅𝗅𝗈𝗌 𝗆𝗈𝗆𝖾𝗇𝗍𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝖽𝗈𝗇𝖽𝖾 𝗀𝗋𝗂𝗍𝖺𝖻𝖺 𝖽𝖾 𝗉𝗅𝖺𝖼𝖾𝗋? ¡𝖮𝗁, 𝖻𝖾𝖻𝖾́! 𝗒𝗈 𝗅𝗈 𝗋𝖾𝖼𝗎𝖾𝗋𝖽𝗈 𝗉𝖾𝗋𝖿𝖾𝖼𝗍𝖺𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾...