Hermione lo vio cerrar la puerta distantemente, pero sus pensamientos estaban consumidos por lo que el nuevo futuro que le traería el día siguiente. Esperaba poder anular su matrimonio y huir de Severus hacia los brazos de Ronald, quien aparentemente, todavía estaba ansioso por tenerla.
Parte de ella quería ir con Ronald, quitárselo a Lavender, convertirse oficialmente en una Weasley y tener la vida que tanto había deseado tener. Pero eso significaba dejar a Severus. No. No solo abandonarlo. También significaba dejarlo para que otra mujer ocupara su lugar. Y ciertamente alguien se pegaría a él como una ventosa.
Una renovada oleada de nausea la invadió, mientras trataba desesperadamente alejar esos pensamientos de su mente.
No quería que nadie mas lo tuviera. ¡No quería que nadie mas lo tocara, que hiciera el amor con él, y que, dios! Tuviera sus hijos. En verdad iba a vomitar si no dejaba de pensar en esas cosas.
Hacía un año atrás, oficiales del Ministerio los habían contactados debido a la falta de 'producción'. No se habían atrevido a usar ninguna clase de método anticonceptivo, por miedo a ser descubiertos, enjuiciados públicamente, encarcelados y multados severamente. Y aún así, no habían podido concebir, así que fueron llamados a reportarse en el ministerio para ser examinados.
Severus recibió un reporte médico impecable, a pesar de los años de venenosas pociones, infinitas cantidades de crucios y otras tantas maldiciones y demás magia oscura a la que se había expuesto a lo largo de los años. El problema no era él.
Era ella.
"Severo daño interno en el bajo abdomen, consecuencia al haber sido sometida a maldiciones, indicando esterilidad."
Ese había sido el diagnóstico oficial.
Maldita sea Bellatrix LeStrange. Y que se pudriera en el infierno por siempre.
Hermione nunca había considerado el querer ser madre hasta el preciso instante en el que le dijeron que no podía tenerlos. Y le llevó todas sus fuerzas el aguantarse las ganas de llorar abiertamente.
Severus había expresado en varias ocasiones su molestia al tener que procrear a la fuerza y Hermione había rogado a todos los dioses que, por una vez, él se callara sus opiniones y no aprovechara la oportunidad para hacer unos de esos comentarios tan hirientes.
Y así lo hizo.
Mientras el doctor comentaba las posibilidades para aumentar las chances de 'éxito', Severus le había tomado la sudada mano en su cálida y enorme mano y la había llevado a casa.
A su hogar.
Hermione miró a su alrededor, el lugar en el que había pasado los últimos dos años y que había aprendido a llamar su hogar y sntió una terrible tristeza. Y sintió que perdía la seguridad que había sentido hasta apenas 24 horas antes.
Ese lugar no era u hogar. Nunca lo había sido.
No había una sola cosa en la habitación que fuera de ella. Severus se había ocupado diligentemente que así fuera. Un recordatorio mas de lo mucho que él deseaba que ella se fuera de allí. Todas sus pertenencias se hallaban en la pequeña habitación que Severus le había asignado para su uso personal. Podía empacar todo y estar fuera de allí en una hora y el lugar seguiría luciendo exactamente igual, como si ella nunca hubiera estado allí.
Ya era pasada la medianoche.
Se aproximaba un día muy complicado y todo lo que ella quería, era acurrucarse una vez mas en la seguridad de los brazos de Severus y tratar de olvidar la inevitable mañana.
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𝔐𝔦́𝔞 || 𝔖𝔢𝔳𝔪𝔦𝔬𝔫𝔢
FanfictionEl Ministerio proclama la Ley de Matrimonios y une a la gente como mejor les parece. Algunas personas no pueden creer con quien fueron unidos y Hermione es una de ellas. #Sevmione SS/HG. 【Los personajes reconocibles son propiedad de J.K Rowling. Tr...