Razón 10

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«Razón número 10: No sabe cocinar»

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«Razón número 10: No sabe cocinar»

— ¿Estás seguro de que puedes hacerlo?

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— ¿Estás seguro de que puedes hacerlo?

Nahoya preguntó por décima vez, mirando de forma insegura el como Ran movía con parsimonia la salsa en la estufa con una cuchara de madera.

Había ido a quedarse el fin de semana al departamento de Ran, y planeaba cocinar una receta francesa que aprendió esa semana en la universidad. Lo único malo era que había olvidado el orégano, el cual era el ingrediente principal del acompañamiento de los platillos, y Ran no parecía tener en su cocina, por lo que con la comida ya casi lista, tenía que ir a alguna tienda de conveniencia con la esperanza de conseguir un poco de este condimento.

La idea principal fue decirle a Ran que fuera, pero la descarto rápidamente al recordar la vez que había confundido el cilantro con el perejil, y decidió que lo mejor para su comida sería que ella fuera.

— Claro que sí, muñequita, solo es cuidar lo que está en el horno, y hacer una salsa de tomate, no es tan difícil—. Ran se encogió de hombros, totalmente relajado, no le parecía un trabajo tan difícil.

— Está bien, confiaré en ti.

Con un último vistazo hacía Ran en la cocina, Nahoya se despidió aún con gesto indeciso, convenciendose mentalmente en que su novio no echaría a perder nada, y que todo saldría bien.

— Esto es demasiado fácil, no se porque Nahoya no confiaba en mí para esto—. Decía para si mismo el Haitani mientras abría el horno, siendo recibido por el vapor caliente—. Ahora solo tengo que...—. Tomo unos trapos de la cocina para tratar de sacar el refractario, pero enseguida sonrió como el calor los traspasaba—. Mierda, ¡esto quema!

Camino rápidamente los metros que lo alejaban de la isla de la cocina, y coloco bruscamente el recipiente en ella. Aventó los trapos de la cocina, corriendo hacia el lavaplatos para abrir la llave y sentir un poco de agua refrescante en sus calientes manos.

De pronto, Ran aún no sabe realmente como sucedió eso, la salsa que había descuidado en la cocina se prendió en fuego, una llama enorme salió del sartén, llevándose consigo un trapo de cocina y la cuchara de madera que aún estaba apoyada en el sartén.

— ¡¿Cómo demonios paso esto?!—. Exclamó Ran sorprendido tratando de apagar el fuego con lo que tenía a la mano, que en este caso era un trapo de cocina, que rápidamente fue consumido por las llamas también, avivando aún más el fuego.

Este se hizo tan intenso que provocó que los detectores de humo del departamento de Ran comenzarán a activarse. Llenando de una lluvia de agua el interior del departamento, mojando la comida que recién había sacado del horno, aunque al menos apagó el fuego.

Ran miraba con un casi puchero la deliciosa comida de Nahoya que se había hechado a perder, cuando escucho la puerta del departamento abrirse y a su novia aproximarse hacía la cocina.

— Encontré este oreg-...—. Se interrumpió al observar a Ran parado en medio de la cocina, empapado y con un desastre a su alrededor, la comida mojada, la salsa que antes era roja ahora tenía un color negro horrible y una cuchara y varios trapos habían sido carbonizados hasta convertirse en cenizas—. Pediré algo a domicilio.

— Lo siento, pelusita.

Desde ese entonces Nahoya aprendió la lección, nunca dejar a Ran a cargo de nada en la cocina, a menos que quisieras morir en un incendio.

Desde ese entonces Nahoya aprendió la lección, nunca dejar a Ran a cargo de nada en la cocina, a menos que quisieras morir en un incendio

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40 Razones por las que Angry no aprueba a RanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora