AUSTRALIA.

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Lunes, 9 de Marzo.

Bien, muchas cosas han pasado durante estos dos meses y honestamente no me puedo quejar. Cada sábado con los chicos lo pasamos increíble y eso me ayudó a unirme más a ellos.

Me atrevo a decir que mi relación más cercana era con Lando y con Charles, que se habían convertido en mejores amigos para mí. El tipo de amigos que podían entrar a mi casa sin tocar, así de grande era la confianza entre los tres.

Y hablando de...

-¡JULIAAAAAAAAAAAAAAA!- escuché el grito de Lando por toda la casa y cómo Charles después le pegaba un zape en la cabeza.

-¡Imbécil! te dije que quería espantarla, no sirves, Norris.- dijo esta vez un Charles enojado, lo que provocó que soltara una carcajada mientras salía al pasillo para verlos subir las escaleras de mi casa.

-Se te arruinó el chistecito, pobrecito chiquito.- le dije a Charles mientras apretaba su mejilla y hacía un puchero como si hablara con un bebé.

Charles simplemente quitó mi mano con un manotazo, pero después comenzó a reír conmigo y entré con ambos a mi habitación.

-A ver, ¿para qué somos buenos?- dijo Lando mientras se tomaba la libertad de acostarse sobre mi cama.

Fingí que pensaba por un rato y después hablé.

-En realidad para nada.- dije alzándome de hombros. - pero necesito que me ayuden a empacar para Australia.

Pronto vi como ambos pusieron muecas de desaprobación en sus rostros y se echaron a mi cama fingiendo estar muertos.

-Julia, ¿tu emergencia por la que casi morías y nos necesitabas era empacar para Australia?- preguntó Charles mientras negaba con la cabeza.

Yo les di a ambos mi mejor sonrisa inocente y pronto hice que me ayudaran.

-A ver, es que este es mi primer Gran Premio, no sé qué carajos tengo que llevar, si hacen fiestas o no, si llevo ropa para entrenar, ¿Qué mierda llevo?- hablé demasiado rápido pero estoy segura que escucharon porque están acostumbrados.

Se quedaron pensando un rato y luego se dirigieron a mi closet, de ahí sacaron unos jeans y una camiseta blanca junto a mis Air Force 1.

-Listo, todo lo que necesitas, así sin más.- dijeron ambos alzándose de hombros, echando mi ropa a mi maleta.

Hice una mueca de incredulidad y les pegué un zape a los dos.

-Si esto empacan para un Gran Premio, en verdad me preocupa su higiene personal.

Después de eso obligué a ambos a dejar de jugar y finalmente me ayudaron.

Entonces, según ellos, necesito:

-Ropa de fiesta pero no tanto. (¿?)

-Lentes baja bragas (en mi caso baja bóxers, aunque no me molestarían unas cuantas bragas también...)

-Tenis usados y rotos a más no poder. (No pregunten, yo tampoco sé, yo sólo hago caso).

-Pants cómodos para poder dar el paseo de la vergüenza sin tener que ir vomitados.

Y... ahí acababa su lista.

No estoy segura de haber comprendido muy bien, pero creo que ahora sí llevo lo necesario y con su ayuda comencé a poner de vuelta otras prendas que había sacado de mi closet.

Ahora mismo eran las 2:00 PM y nos encontrábamos comiendo una pasta que había hecho mi madre. Integral, claro está. Y no se salía de lo que podíamos comer en nuestra dieta.

Chica de repuesto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora