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01 de septiembre de 1993
— Puedes ir con Emily si quieres, no es necesario que te quedes conmigo todo el camino.
— No sabía que querías deshacerte tan rápido de mi, al menos disimula un poco. — Elizabeth miro hacia otro lado "indignada".
Remus sonrió divertido sabiendo que solo estaba actuando. La tomó del brazo delicadamente atrayéndola hacia el para unirlos en un abrazo que recibió gustosa con una sonrisa. — No es eso, solo no quiero que sientas que debes estar conmigo para que no esté solo, después de todo ya e subido a este tren antes, hasta más veces que tú.
Asintió comprensiva. — De igual manera ya e hablado con Emily en nuestra última carta que pensaba pasar el inicio del viaje contigo, nos encontraremos más tarde, no te preocupes.
Su padre asintió sonriendo de lado. — Está bien cachorra.
Se sonrieron mutuamente para subir al tren, notaba como el mayor contemplaba todo entre nostálgico y emocionado haciéndole inevitable sonreír, sabía cuán importante era esto para el y cuantos recuerdos le traía, estaba contenta de que estuviera feliz.
Su felicidad era la suya y lo mismo en el caso de Remus, siempre había sido así y no cambiara por nada.
Encontraron un compartimiento vacío y se acomodaron en el, su padre ofreciéndose a subir su baúl al maletero y la chica negándose justificando que aún estaba muy débil por la última luna llena, cosa cierta, por lo que Remus no tuvo más que resignarse, sabiendo que cuando se trataba de su salud su hija no daría brazo a torcer, igual que hacía el cuando esta esta enfermaba.
La similitud le sacó una pequeña sonrisa mientras se acomodaba en el asiento. Elizabeth le entrecerró los ojos pero no comentó nada sentándose frente a él, lo observó unos segundos en silencio y sacó de su mochila una pequeña tabla de chocolate, partió unos cuadros, ofreciéndoselos en silencio, deseando que no se viera tan débil y pálido.
