Es cierto, no me gusta hablarte, solo me gusta como me tratas.
Me agrada que me hagan sentir bonita e inalcanzable, pero no me parece que trates de mezclar el deseo con tus sentimientos amorosos y buscar que ambos nos sintamos bien.
Obviamente es egoísta, pero gracias a eso puedo ver lo que mis ojos no alcanzan a captar.
Nunca voy a desearte como tú me deseas a mí. A ti te gusta tratar bien a las chicas, decirles cosas bellas, hacerles creer que a pesar de las imperfecciones de sus cuerpos, estos son perfectos. Pero a mí eso no me atrae, prefiero a los hombres que bajan el cielo a mis pies, no quiero un niño tierno que me diga que es lo que debo y no hacer, como es que me debo de sentir y que sí o sí debo de amar mi cuerpo.
¿Qué si me hace mala persona hablarte cuando a mí me parezca y solo con el fin de saciar mis ganas? Pues claro, está muy mal, pero lo sigo haciendo. Como te dije, solo te quiero para que me subas el ego.
Probablemente sea una persona muy narcisista, porque solo busco mi propio bien y no me importa mucho cómo se sienta la otra persona.
Y que te quede claro, no quiero a un chico como tú, quiero a un hombre que me satisfaga todos mis deseos y no solo que me haga sentir bonita. No quiero frases tiernas, no quiero un ramo de flores y menos chocolates. Quiero deseo puro, dinero y un hombre que no entrometa al amor.
ESTÁS LEYENDO
Tú solo lee
Teen FictionDistintos cuentos, pequeños desahogos y fragmentos de algo que nunca fue.