No se imagina el amor y aprecio que le tengo a esta historia, estoy amando escribirla. Disculpen errores ortográficos o palabras mal escritas.
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El viaje aparte de esta lejos de sentirse incómodo era gratificante con un poco de alivio y tal vez paz, mirar por la ventana aquellos hermosos paisajes y el aire fresco de la mañana era lo que lo mantenía despierto y aún con vida, su mano inquieta se paseaba por todo el asiento de cuero y un poco de tejidos en busca de un soporte y espalda curvada solo le traería problemas en su columna vertebral por la noche gracias a su mala postura. Sus días casi siempre eran pasados dentro de su hogar con melancolía y nervios crecientes en su interior junto a un desagradable dolor de espalda.
Debido a que no era una persona que saliese mucho de se hogar o más que nada, que fuera merecedor de un permiso y poder pisar tierras externas sin ser vigilado e incluso escoltado por algún amigo y trabajador de su padre. Quizás su único compañero de aventuras fue Jim, el chico venía de un status alto y por ello la gran sorpresa de poder entablar una conversación sin que su madre desprecie o rebaje a su acompañante destinado.
Para Jungkook era totalmente diferente, mientras la persona fuera respetuosa y pensara con claridad era bienvenido para entablar una conversación amistosa, su madre por lo contrario a edad muy temprana le inculcó la palabra..."Elitista"
Una palabra que Jungkook a la edad de cinco años aprendió y ejerció de la peor manera, sus amigos de infancia eran niños con padres reconocidos y bien económicamente, si era todo lo contrario el pequeño pelinegro recibía un castigo de azotes por desobedecer al tomarse su considerable tiempo y desperdiciarlo en personas sin importancia. Consecuencia de esto es la pequeña cicatriz en su mejilla, una que se no miraba con determinación pero mirando al chico detalladamente podrías notarla, aún con dolor en su corazón no terminaba de perdonar a sus padres..aún no.
El ruido de la locomotora andante junto al rechinado de la madera en el suelo lo sacó de sus pensamientos y miró al frente para toparse con la no tan grata sorpresa de un asiento vacío, una de los miedos más frecuentes aunque no lo reconociera, era la soledad. Le temía gravemente y es que si recapitulamos su vida como un pequeño cortometraje veremos solo pasar a Jungkook solo, triste, alejado en una esquina en una gran mesa solitaria y quizás con sueños rotos.
Sueños que para sus padres eran pérdidas de tiempo y barbaridades, si no fuera por su talento nato en las artes, ahora no pintaría o no sería la persona que es ahora. Sus distintas personalidades fueron encerradas en lo más profundo de su corazón, en un lugar recóndito que nadie pueda verlas o sacarlas; fingiendo la perfecta máscara que todos adoraban a todas horas, ser en su momento el hombre prefecto que todos esperan que sea. Solo mirar en las afueras como mucho siguen el camino de su corazón en cambio era obligado a seguir el camino de la razón.
