Un nuevo mundo

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Tarde en la noche, cuando todo a mi alrededor se queda en silencio y sólo se escucha el cantar de los grillos, me dejo caer en una silla dentro de la vieja furgoneta y cierro mis ojos para reflexionar.

La imagen que flota hacia arriba desde el fondo de mi mente es siempre la misma...

Un atardecer. Una brillante luz cegadora.

El caos que se convirtió en algo real, inesperado y que nos absorbió a un mundo nuevo, totalmente desconocido.

Siempre me hago la misma pregunta: ¿por qué esta imagen? ¿Qué significa realmente?

Luego de ese atardecer, sucedieron muchísimas cosas. Sucesos tristes y más aterradores de lo que podría haberse creado en la mejor película de horror. Entonces, ¿por qué sólo ese día viene a mi mente?

¿Se trata de obsesión porque fue el día que todo comenzó? A veces tengo la sensación de que me encuentro sumergida en una alucinación.

Cuando el nuevo sistema surgió con los años, las dudas sobre cada detalle comenzaron a surgir. Los problemas se sumaban como si fueran una enorme e interminable pila de basura.

Actualmente, nos preocupa que nadie olvide y que aquella desgracia nunca nos vuelva a ocurrir. Quiero creer que no volverá a ocurrir.

.

Hikari había decidido junto a Takeru visitar a sus amigos en Estado Unidos. Sin embargo, cuando el mundo que conocían cambió, coincidió que volvieron a Japón acompañados por ellos. Sus amigos se llamaban Mimi y Michael. Agotados por un largo viaje, acordaron cenar todos juntos en casa de los Yagami, la familia de Hikari.

—¿Si? ¿Mamá? —Taichi, el hermano mayor de Hikari, contestó su móvil y luego escuchó una conocida sonrisa—. ¡Oh, Kari!

—Hermano, es una suerte que me contestaras tan pronto —contestó ella suspirando.

—Dime, ¿acaso tú... tú estás en...?

—En casa, por supuesto, y mamá acaba de salir de compras para prepararme algo delicioso como bienvenida —respondió, divertida.

Hikari no le había comentado a Taichi que ese día regresaría.

Tai se alejó de sus amigos hacia la cocina para poder escuchar mejor a su hermana. Se encontraba en casa de su amigo Koushiro porque planeaban una noche de películas con el resto de los muchachos. Los únicos que se encontraban, además de ellos, eran Joe, Daisuke y Catherine.

Catherine aprovechó que Hikari no estaba para poder visitar a Taichi. Ella había llegado a Japón unos días antes porque vivía en Francia, su país natal.

Los demás amigos estaban a punto de llegar en cualquier momento.

—¡Qué gran sorpresa me has dado! Sabes que quería ir a recogerte en cuanto... ¿Eh? ¿Por qué se cortó? —Tai frunció el ceño, extrañado, mirando la pantalla del móvil.

Segundos después, un pequeño apagón sorprendió al país completamente.

—La llamada se interrumpió —Hikari le comentó a Mimi mientras intentaba marcarle una vez más a su hermano—. Voy a tratar de comunicarme nuevamente.

—¡Yo también quería sorprenderlo, Kari! ¡Oh, chicos! —Gritó Mimi con ilusión—. Tienen que ver esto. ¡Miren el cielo! Es tan hermoso...

Los chicos se dirigieron rápidamente hacia el balcón junto a Mimi. Takeru no podía creer aquel espectáculo que estaba presenciando y, de repente, como si el mar hubiera caído sobre ellos, una gran luz los invadió y, a su vez, un fuerte estruendo se escuchó a los lejos. Era el de una explosión.

Digimon, un nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora