A ver, recapitulemos un poco antes de continuar, ¿okay?
Hasta hacía tres días, la única preocupación (bueno, muy por a parte de todo lo que tenga que ver con que deba ✨ subsistir ✨) de TaeHyung era poder pasar un bendito examen —que ahora mismo parece no existir en su mundo despistado, pero sí en el terrenal— para que el maldito tutor dejara de reventarle las pelotas con lo mismo una y otra vez sobre que no era posible que no pudiera pasar un mismo test por tercera ocasión que ya había realizado, omitiendo el hecho de que sí quería graduarse. Le gusta hacerse la vistima al respecto y no paraba de quejarse con la vida entera por existir algo tan horrible como aprender un segundo idioma.
Es por ello que no entendía como en un lapso de tres días, TRES PUÑETEROS DÍAS, lo único que no dejaba de carcomerle la cabeza era el cómo, por fin, iba a conocer a Jeon JungKook.
Es decir, sí que le daba una alta curiosidad sobre lo que era salir con un hombre mayor. Ya sabes, de esos a los que podrías llamar señores, de esos que te abren la puerta y te mandan flores... ⚘ Okno; pero sí que su nivel de experiencia en la vida era lo que te tentaba a hacer tal —para algunos— locura de sólo tener encuentros casuales con esa persona. TaeHyung era un chico de mente abierta, tal vez más de lo que le gustaría admitir frente a su tía JiSoo o teme recibir ese tipo de conversaciones, y era por ello que ahora estaba parado frente al enorme ventanal del lujoso restaurante sin entender si se había equivocado o no de dirección.
Claramente aceptó salir con JungKook. No iba a admitir que estaba esperando este encuentro, no de la manera que estarás pensando, sino que anhelaba poder ver de cerca a aquel hombre que tanta intriga le generaba —haciéndose el tonto de no saber el por qué—, y eran esos mismos nervios los que le podían estar gastándole una muy mala jugada que lo terminaron llevando hasta una de las zonas más exclusivas de la ciudad sin siquiera percatarse de ello. Sí, eso tenía que ser.
Sin embargo, era apenas que un e-tron GT, de un brillar oscuro estacionara casi frente suyo, y del auto saliera un hombre de porte elegante y de rostro particular familiar; fue que TaeHyung comenzó a sentirse más nervioso de lo normal y, en cierto modo, algo intimidado por llevar únicamente una camisa blanca con decorados que no parecían tener sentido de color negro, unos jeans del mismo color, zapatos simples, algún leve olor a café impregnado en su ropa de haber trabajo toda la tarde y su mera existencia; mientras que aquel hombre parecía haber sido sacado de una mismísima revista de modelos... o bien, de una junta corporativa.
—¿TaeHyung?
Mierda, sí que era él, y eso definitivamente estaba sucediendo.
—Sí, lo soy...
En comparación a una foto de no tan buena calidad —porque pinche whats que le baja la calidad a las fotos—, es que JungKook no tenía ni igual consigo mismo; la cámara no le hacía justicia alguna.
Primero que nada, era como si su cabello —increíblemente azabache perfecto— brillase por sí mismo, ese mismo brillo que proporcionaba más realismo y belleza a cada una de sus facciones dominantes de su rostro; las arracadas en cada una de sus perforaciones, el leve caer de sus cabellos sobre sus largas pestañas, la simetría de su mandíbula, la proporción de su cuerpo tan detallado con cada pliegue de su traje...
Todo él era perfectamente alucine.
Como acto que logró sacarlo de sus pensamientos revueltos, JungKook tomó con delicadez una de sus manos y, como si fuese la más fina de las porcelanas, besó el dorso en apenas un roce.
Decir que el color no subió a sus mejillas en un leve rubor sería mentir.
—Un placer poder conocerte, Kim TaeHyung.

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Go Daddy! | ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉ
FanficTaeHyung sólo quería aprobar su examen final de inglés... en cambio terminó conociendo a un sugar daddy. 〚═══════════!═══════════〛 ❅ Mención del: YoonMin, NamJin. ❅ AU ~ Social Media. ❅ Lenguaje inapropiado. ❅ Modismos mayormente mexicanos. ❅ Inicio...