｡:ﾟ Pretenders ﾟ:｡

Capítulo Seis - Anécdota de Joseph

tw: Mención sexual.

Era primavera, y los días comenzaban a estar más frescos que de costumbre. Se acercaba el festival de las flores, y como era de esperase, todos debían de participar en algún evento del festival, sobretodo ayudando a armar y recolectar lo necesario.

Un joven Aesop Carl se mantenía exhausto en una esquina del gimnasio, hace poco había sido su cumpleaños número catorce, y en vez de poder disfrutar de forma tranquila en casa, tenía que ir a rodearse de ruido y de personas, realmente, no es como si odiara esas festividades, pero no había mayor incomodidad que rodearse de gente y de ruidos.

Además, le veían diferente, sin comprender que el autismo no era una anomalía, o algo que te hiciera un extraño, era simplemente tener capacidades diferentes, y una visión de mundo distinta a la que la mayoría podría tener. No era ingenuo ni mucho menos ignorante, se daba cuenta cuando recibía una mirada penosa, cuando esto no tenía nada que ver.

Por suerte, Aesop no estaba solo en el mundo. Tenía a Andrew Kress, quién era su único amigo de infancia y con quién compartía aula hace poco menos de dos años. Se habían separado de escuelas y el chico finalmente había entrado a la misma, dando así en consecuencia que retomaran contacto.

En aquel entonces, Aesop no se llevaba bien con sus compañeros, sobretodo con cierto par que se le hacía de lo más ruidosos y excéntricos, siempre los emparejaban en grupos de cuatro personas, sin embargo, su otro compañeros le causaba un enorme interés.

Victor Grantz.

Aquél muchacho con rostro infantil, de mejillas sonrosadas que pasaba sentado en una esquina desde el jardín de niños, que no hablaba con nadie a menos de ser necesario y que no molestaba. No sabía como sentirse respecto a él, al pensar distinto a lo cotidiano, había tenido un fuerte deseo de inmortalizar esa imagen para siempre, como había visto en los ataúdes del trabajo de su tío, aún así, su tutora se encargó de enseñarle que eso no estaba bien. Entonces cambio su forma de pensar.

Pero no lo tenía claro, ¿Entonces cuál era su interés? ¿Qué motivo tenía el muchacho para llamar su atención? No sabía cual era la finalidad, pero la tuvo mucho más clara cuando Andrew tuvo sus primeros acercamientos con el muchacho.

Una tarde, un Andrew mucho más bajo de lo que es actualmente, llegó corriendo hasta su amigo, aunque no era una persona de lo más extrovertida, había un brillo excepcional en sus ojos aquél día. Aesop pudo intuir a que podría deberse.

— Conocí a un chico hoy, es bastante amigable, compartimos un hobby...No creí que hubiesen más chicos con ese gusto a las flores.

Desde temprana edad Andrew siempre estuvo en los jardines en compañía de su madre, no poseían mucho dinero, por lo que entre los muchos trabajos que tomaba la mujer antes de fallecer, era la jardinería. Vivían en una casa humilde, sin tierras aptas para cuidar flores, pero cuando viajaban por media ciudad para llegar a las mansiones, con enormes jardines llenos de flores, el pequeño Andrew se maravillaba. Perder a su madre fue un golpe bajo para él, a la corta edad de once años, sin embargo, las flores siempre le recordaban a ella, y es por eso que quiso seguir ese legado de los muchos que le enseñó su madre, la mujer que más amó en la tierra.

No esperaba encontrar a un chico de su edad que también se interesase por las flores.

Y a Aesop esto le llamó la atención.