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El día sábado comenzaba y la rubia comenzaba a despertarse

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El día sábado comenzaba y la rubia comenzaba a despertarse. Aún con los ojos cerrados tomó su celular del lugar donde lo había dejado la noche anterior, lo encendió y vió la hora 10:00 a.m. ya era hora de levantarse.

Hizo su rutina de todos los días y al ya estar lista bajó al primer piso donde un olor delicioso le invadió las fosas nasales.

- ¡Qué rico olor! - Inhaló cuando entraba a la cocina, encontrando a su madre parada cocinando el desayuno.

- ¡Buenos días hija! - La señora Manoban saludó al escuchar a su hija. - ¿Tú hermano ya se levantó? - La rubia se acercó a su madre y de un plato tomó tocino cocido, lo llevó a su boca y después negó a la pregunta de su
madre. - Ve y levántalo por favor hija. - Su intención era tomar otro trozo de tocino, pero su madre, al ver lo que quería hacer su hija un manotazo sorprendió a Lisa, evitando agarrar más tocino - ¡Deja ahí niña! Que no vez que es poco y tiene que alcanzar para todos.

- ¿Papá está aquí?

- Sí. Se está duchando. Hoy entra más tarde así que desayunará con nosotros. - La rubia asintió para después ir al cuarto de su hermano.

Al ir subiendo las escaleras su celular sonó y sacándolo del bolsillo de su pantalón, vió un mensaje de su hermosa castaña.

"Perdona por no haber respondido tu mensaje, pero ya estaba dormida."

"Buenos días Lili. Espero tengas un lindo día te amo y más tarde nos vemos"

La rubia sonrió ante los mensajes de su novia.

Sin responder aquellos dos mensajes, terminó por subir las escaleras y llegar al cuarto de su hermano. Tocó la puerta varias veces pero no se abría.

- ¡Bam! - Gritó- ¡Abre! - Y volvía a tocar.

- ¡¿Qué es lo que quieres?! - Le respondió gritando.

- ¡Qué abras la maldita puerta! Tú y tú manía de ponerle seguro a esta cosa, de seguro algo cochino haces tras de esa puerta - Lo último lo pensó en voz alta solo para ella.

- No hago nada cochino - Se defendió abriendo la puerta mostrándose con ropa decente puesta - Y si lo hiciera, fuera en la noche.

- Tienes razón - Se rascó la nuca - Hay mas privacidad en la noche.

- Ya dejemos ese tema. Vayamos a desayunar - El chico tomó de los hombros a su hermana para comenzar caminar hacia las escaleras.

- Buenos días hijos - El señor Manoban salía de su habitación recién duchado.

- ¡Buenos días padre! - Ambos saludaron seguido abrazaron a su padre cada unos.

Los tres bajaron las escaleras y llegaron a la cocina donde la señora Manoban los estaba esperando con los platos ya servidos y puestos en cada lugar que tomarían en unos segundos.

𝙿𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊  (Jenlisa  G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora