No puede ser, este capítulo debía haberse publicado el 24, ¡y se me olvidó! ¡AAAAAAAAHHHHH! *0* [Coco entra en desesperación y toma un rato calmarla]
Uff, ya estoy de vuelta, disculpen el exabrupto XD Deshonor sobre mi, ¡deshonrada mi vaca! >.< Pero bueno, hoy se corrige este error. ¿Listos para una ración doble de amor melizabeth con motivo de fin de año? °u^ Les mando un beso, un abrazo, y todo mi amor y disculpas. Miren, hasta les había dejado una notita preparada :'D
[Como Coco está de fiesta, manda a decirles a todos que los ama, y que desea sigan teniendo una feliz Navidad. Disfruten el capítulo de hoy] <3<3<3
***
—Liz, ¿qué haces aquí? —La pelirroja se le quedó viendo al rubio como si le costara enfocarlo con la vista, y en cuanto lo reconoció, una enorme sonrisa de borracha se extendió por su rostro.
—Pero shi es... ¡Hic! ¡Meliodas! Cuanto tiempo sin verte, pequeño demonio —Intentó pararse lo más dignamente que pudo para ir a saludarlo, pero sus tacones eran tan altos que simplemente no la sostuvieron. Se tropezó con todas las de la ley, y habría parado en el piso si él no la hubiera sostenido en el último segundo. La agarró fuerte de la cintura, y por un instante, sus miradas se cruzaron en un momento muy emotivo.
—Se... señorita Danafor, ¿se encuentra bien? —La atmósfera fue rota por la expresión angustiada de la peliplateada. Sí, era verdad que los celos se estaban retorciendo en el fondo de su alma, pero ella era tan buena persona que también estaba auténticamente preocupada por ver a una dama en ese estado. La sonrisa de Liz al verla fue incluso más grande que la que le había dado a Meliodas.
—¡Hola linda! Mi bonita doppelganger —Se zafó de los brazos de Meliodas y se le echó encima a Elizabeth, abrazándola de tal forma que su cara quedó entre sus pechos—. ¿Cómo eshtas? ¡Uy! ¡Parece que te creshieron más! —La pelirroja puso una de sus manos sobre el escote de la peliplateada y comenzó a apretar—. ¿Será por esho que...? ¡Hic! ¿No tengo suerte con los hombres? —El rubio intentó apartarla de su mujer mientras le ofrecía una silla.
—Liz, por favor, siéntate. Estás dando un espectáculo.
—Puedo entender porqué me dejaste, ¡ella esh una monada! ¡Hic! —Por más que intentaba zafarla, la pelirroja se aferraba a Elizabeth como la hiedra—. Es tan cálida, y dulce, y tiene estas... —La borracha bajó sus manos al trasero de la peliplateada y comenzó a apretarlo también—. Mmmmm, shi... Suavecitas. Yo... shoy demasiado dura en todos los sentidos como para gustarle a alguien. Nalgas duras, cabeza dura, corazón duro...
—Eso no es verdad —La expareja se quedó paralizada al oír el tono comprensivo de la ojiazul. A pesar de estar siendo manoseada, ella sonrió amablemente a la pelirroja y la abrazó por los hombros antes de apartarla—. Señorita Liz, no debe ser tan cruel con usted misma, y menos en navidad. Venga, siéntese conmigo un rato. Beberemos algo y podrá contarme sus problemas.
—Quiero... ¡Hic! Un vodka.
—¿En las rocas? —Liz comenzó a sorber por la nariz sintiendo el llanto acercarse mientras se sentaba al lado de la albina y la miraba con ojos brillantes.
—Shiii... ¡Buuuuah! —La pobre escondió la cara en el pecho de la peliplateada y comenzó a llorar desde el fondo de su alma. Meliodas hizo varias muecas entre confundido y enojado, en especial por la nueva petición de alcohol. Se calmó cuando vio a Elizabeth sobar su espalda y decirle con los labios que pidiera agua con hielo.
—Aquí tiene.
—Grashias... ¡Puaj! ¡Esto no esh alcohol!
—Sí es, lo que pasa es que ha bebido tanto que ya no lo siente.
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El mejor regalo - Especial de Navidad 2019
Fanfiction¡La época más maravillosa del año ya está aquí! Y mientras el reloj sigue dando vueltas hasta que las campanas den las doce, los Siete Pecados Capitales se preparan para la mejor fiesta de todas. Envueltos en sus recuerdos y el amor que han cultivad...