XVIII. Ansiedad

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Según el primer resultado que arroja google, la ansiedad es una preocupación y un miedo intenso, excesivo y continuo ante situaciones cotidianas.

Para mi la ansiedad se a convertido en el pan de todos los días, es duro. Porque al final del día no te sientes tú, te sientes perdida, sola y desamparada ante un mundo que sientes que te aplasta. Que todo lo que está a tu alrededor te está sobrepasando.

Para mi la ansiedad ha significado noches de llanto y de horas sin poder dormir. De pesadillas que te llevan a una ansiedad todavía peor, porque ocupa una gran parte de tu mente. Empiezas a creer que todo se hará posible, que todo lo malo se hará realidad y no podrás salir de ello.

Cuando tienes ansiedad, te llega sin previo aviso, simplemente comienzas a tener miedo porque el que va a pasar, por no saber qué está pasando y por no poder tenerlo bajo control.

Comienzas a darle vueltas a todo, todo lo malo que has vivido, que has tenido que afrontar y no poder solucionar. Cada paso que has sentido que ha sido en vano.

Te sientas en la escalera y ves el mundo correr, y tu no puedes moverte. No puedes moverte porque estás paralizado y no puedes explicarlo. No puedes explicar el porque tienes tanto miedo a algo que al final del día no te corresponde.

La ansiedad para mi ha significado llorar sola cada vez que me no hay nadie a mi lado. Porque mi cabeza comienza a gritar que estoy haciéndolo todo mal. Que nunca podré tener un equilibrio.

La ansiedad me ha llevado a la depresión. Me ha llevado a sentir todo y luego no sentir nada. A no tener la fuerza para levantarme cada mañana, a odiar la vida que estoy llevando, a no querer estar más aquí. Me ha hecho creer que no valgo la pena, que lo que soy es una mentira y que soy un caso perdido.

Te consume de tal manera en que no puedes continuar, que no puedes moverte estar tranquila de ninguna manera. Cada momento en el que no puedes tener el control, te lleva a un abismo de posibilidades. Te lleva a no poder ni siquiera estar sentada porque no sabes que es lo que viene. Te hace creer que todo lo malo está apunto de pasar, que nada va a salir bien.

La ansiedad está en el momento en que estás sintiendo tanto temor, que comienzas a llorar sin poder contenerlo. A frotar tus manos, incluso he llego a lastimarme a mi misma en un intento de calmar esa horrible opresión en el pecho.

La ansiedad me ha llevado al no querer estar más con mis amigos, con quienes más quiero. Me ha llevado a aislarme, a no querer salir.

Estoy en un punto, en el que no me siento yo.

En el que mi mamá me pregunta que tengo y me quiero soltar llorando, porque me extraño. Porque está persona no soy yo.

Lo peor de todo es que soy testigo de que la ansiedad es algo que puede afectar a cualquiera, he visto a mis amigos sufrirla. Y me gustaría ayudarles, porque es algo que no se le desea a nadie. No quieres que alguien que quieres tanto, se encierre en su cabeza y escuche todo lo que yo escucho cuando tengo ansiedad. No quieres que se sientan solos, ni que no vale la pena seguir aquí.

Quieres verlos felices, triunfando. Siendo ese little rockstar que merecen ser.

Sin embargo, he aprendido mucho sobre mi. Sobre quien quiero y no quiero ser.
Porque definitivamente no quiero ser la que le teme al mundo, no quiero encerrarme en esos pensamientos tan destructivos.

Quiero ser quien era antes de tener ansiedad, antes de tenerle tanto miedo a la vida.

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