XXIII. Barreras

4 1 0
                                    

Honestamente, nunca consideré que fuera posible que le volviera a dedicar a alguien una entrada de aquí.

Pequeñas cosas de amor surgió, porque quería sacar mis cursilerías, pero poco a poco se convirtió en un diario. Donde le escribía a mis sentimientos, a  aquellas personas a las que tenía tanto miedo de decirles la verdad.

Luego apareció él, sin miedo a aparecer intenso. Pareciendo que está lanzando un love bombing del Que seguramente tengo que permitir como evento canónico, o simplemente es alguien demostrando un interés real, en alguien tan insegura que no puede creer que alguien pueda decirle todos esas palabras.

Que coquetee abiertamente y no se moleste con mi forma de ser tan jodona.

Es poco creíble, si soy sincera. Hablar hasta altas horas de la madrugada, que me hables de ti día, que me digas qué haces sin yo preguntar. La verdad es extraño, son pequeñas cosas que desequilibran la química en mi interior.

No sé qué debería esperar, muy cabeza dice que no espere nada y mi corazón dice que permita lo que sea que sea.

Siempre que veía esas fotos de mi corazón pide algo y mi cabeza otra cosa, sentía que eran dramatizaciones exageradas, pero realmente pasa. Es un debate que no sabes cómo terminar, ni cuál de los dos es el correcto, hasta que eliges.

Eliges lo que tu cabeza de dice, que es peligro inminente, qué hay que cuidarnos y protegernos porque ya nos han lastimado antes.

Eliges escuchar al corazón que pide a gritos que lo disfrutes, que el ser querido es algo bueno. Conocer nuevas personas, dejarlos ver tu lado más vulnerable no es tan malo.

Update un año después

Honestamente había olvidado que este apartado existía, me parece interesante lo que está escrito aquí cuando realmente siempre tuve una pizca de desconfianza en todo lo que estaba pasando.

Me parecía surreal que alguien como él, me estuviera buscando a mi, mis pensamientos iban desde es un fetichista hasta un solo quiere jugar conmigo.

Lo sé, triste, pero era la realidad.

Aquí se nota cuánto trataba de convencerme de que esas cosas también me podían pasar a mí, que no soy un cero a la izquierda.

La realidad es que era un perfil falso.
Se trataba de un bato que se robaba las fotos de otro bato.

Le conté a mi amiga las dudas que tenía sobre él, sobre cómo sentía que me estaban viendo la cara, así que ambas nos dedicamos una tarde a investigar si se trataba de una persona legítima o un perfil falso. Terminamos dando con la persona a la que le pertenecían las fotos, le pedí a mi amiga que le escribiera y le preguntara si el perfil era de él, obviamente no lo era.

Sentí una decepción y prometí que no volvería a escribirle. Le envié la información a quien le estaban robando la identidad y sentí también la satisfacción de "ayudar".

Un par de horas más tarde me seguía escribiendo, y yo contestaba pero de una manera menos efusiva o lo que yo creí era normal, pero me mostré tan yo que el bato fue capaz de darse cuenta de que algo había cambiado. Así que lo confronté, pregunté si había algo que tuviera que decirme y me lo negó rotundamente, le dije que no me quisiera ver la cara y le envié una foto del perfil real de donde se estaba robando las fotos. Nuevamente me dijo que no sabía que estaba pasando, que él no conocía ese perfil.

Honestamente, para ese punto ya no quería hablarle más. Le dije que yo no soy una estúpida y no voy a permitir que me quieran ver la cara, le pedí que no me volviera a hablar, nuevamente aseguró que no sabía de qué se trataba, pero respetaba mi decisión de alejarme.

No sabía si lo que me molestaba era él creyéndose su propia mentira o yo creyendo que alguien como el chico de esas fotos podría fijarse en alguien como yo.

No solo se trataba de mí hablando con un potencial prospecto, era yo bajando mis barreras, dejándome ver vulnerable. A pesar de tantas señales de alerta que tuve seguí en ese tonto juego durante un mes entero.

Una reverenda mamada. Alguien lo suficientemente enfermo como para hacerse pasar por alguien que no es y tratando de convencer a alguien de que realmente es esa persona, le daba tantas largas a conocernos que era estúpido.

Me contó de sus amigos, de sus exes. Incluso llegó a decir que ella estaría demasiado celosa de mí por el simple hecho de estar con él. En el momento no me di cuenta, pero era una forma de poner a una mujer contra otra mujer. Mal.

Afortunadamente mis escudos fueron mucho más fuertes y las cosas no pasaron más allá de unos cuantos, muchos, mensajes de texto. Sentí ausencia, pues éramos un mensaje constante en el celular del otro, pero nada que no pudiera superar.

A la fecha, aún me aparece su foto de perfil en WhatsApp lo que me parece enfermo.

Una lástima, porque me agradaba y era muy divertido.

Feliz anti-aniversario cariño, espero que nadie siga creyendo en tu juego.




With all my love and care.
Tania

Pequeñas cosas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora