34. Y lo que falta

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Tus manos calientan piel solo de rozarla

Mis manos van jugando a conocer tu espalda

Con toda la calma, se alarga

La delicia en mi expedición hacia tus nalgas

Y no hay más que una sola versión

Una sola muestra total de perfección

Llenas de luz la habitación con tus brillos de neón

Y yo, sin trabajo suelto ese un último botón

(Ilegal - Cultura Profética)

  

Día 15

Las gotas están golpeando tan fuerte contra la ventana que el sonido me despierta.

- ¿Eso es café? – Pregunto con voz ronca cuando separo los párpados y veo que Pick está sentada a mi lado, con las mantas subidas hasta su cintura, sorbiendo algo de una taza.

Me ofrece la taza sin decir más, y me levanto hasta una posición sentada para tomar un sorbo.

Me gusta el café algo más cargado que a ella, pero es un despertar tan bonito que no me importa.

- Revisé a nuestros enfermos. Todo el mundo está bien, así que decidí que hoy vamos a pasar todo el día en la cama – Anuncia

Bebo otro sorbo de café y le devuelvo la taza, todavía medio dormido. Ella me pasa una mano por el pelo.

- Isa no me va a dejar pasar todo el día sin trabajar, y usted le debe unas guitarras que no terminamos anoche

- Aghh...No me hables así con esa voz ronca sexy, muchacho. Despiértate – Me regaña

- No quiero – Murmuro, y vuelvo a dejar caer la cabeza en la almohada – Está haciendo mucho frío. Venga

Levanto las mantas para invitarla dentro. Ella deja la taza en la mesa de noche y gira dándome la espalda, de manera que su cuerpo se amolda contra el mío en una posición de cucharita deliciosa. Mis muslos acunan su trasero y, esta vez, no me discute por ese contacto en particular.

- Le pondremos seguro a la puerta, y cuando Isa nos busque, fingiremos que no estamos aquí – Propone

- Vale – La atraigo más cerca de mí, porque realmente hace un frío muy jodido esta mañana, y ella está toda cálida y suave y deliciosa

Escondo mi mano buena debajo del saco que lleva puesto y luego bajo su camiseta para tocar su vientre. Ella suelta una risita.

- ¿Así de fácil?

- Si. No quisiera estar en otro lugar, aunque dentro de poco el hambre me hará levantarme

La puerta se abre de golpe.

Los dos llevamos la mirada hacia ella, en donde Martín está de pie con los brazos cruzados.

Los dos empezamos a renegar cuando camina con paso firme hacia la cama y, en contra de nuestras protestas, se mete bajo las mantas con nosotros.

- Si yo estoy en la peor sequía sexual de mi vida, no quiero ver gente satisfecha. Me niego – Anuncia el niño. Empuja a Pick un poco más contra mí para hacerse un espacio al borde de la cama de forma obstinada. Ella susurra una grosería muy, muy obscena

Domingo » Juan Pablo Villamil (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora