Capítulo 4

180 14 0
                                    

Me despierto en medio de la noche al escuchar varios quejidos. Respiro profundamente antes de levantarme.

Es Clara.

Salgo sin hacer ruido de mi habitación y entro en la de ella. Cuando me ve tiene los ojos cristalizados del dolor.
Cuando a Clara le viene la regla lo pasa fatal, pero siempre la cuidamos.
Además hoy empieza su tercer día del periodo, y lo pasa peor.

—¿Quieres salir de la cama? —asiente y le ayudo a levantarse.

Una vez está en pie hace una mueca, se gira a ver las sábanas tras hacer un gesto extraño. Se pega a mi pecho rompiendo a llorar. Sigo con la mirada donde ella miró antes y veo sangre, ella a penas pudo soportar la sangre nunca y ahora le toca soportarla durante años solamente por ser mujer. Debe de ser una mierda.

—Clarita, ven, te acompaño al baño, sí? — le limpio las lágrimas y la llevo hasta el baño. —¿Qué tal si te das una ducha? —asiente y cierra la puerta con lágrimas en la cara.

Me giro y casi me choco con mamá.

—¿Qué tal está?

—Manchó la cama entonces está peor.

Mamá y yo vamos a la habitación de Clara, mamá comienza a sacar las sábanas de la cama, por suerte no llegó al protector del colchón.

—Mamá — la llamo. —, ve a junto de Clara, yo me encargo de limpiar esto.

—Voy a llevarle ropa.

—¿Me puedes dejar el...

—¿El agua oxigenada en la puerta del baño para así no tener que entrar? Sí. Pero que bien te enseñé hijo mío. Pero si quieres lo puedo limpiar yo.

—Qué va, tú ve a junto Clara, que seguro quiere estar contigo.

Finalmente asiente, coge algo de ropa y se marcha. Yo termino de sacar las sábanas y me las llevo al cuarto de la lavadora, no sin antes coger el agua oxigenada por el camino.

Limpio las manchas con el agua oxigenada y las aclaro en agua. Cuando ya no queda casi nada las dejo en el agua, para que luego mamá ponga una lavadora con ellas.

Voy a por mí móvil en la habitación, son las nueve y media, mamá se tiene que ir a trabajar pronto y papá ya salió.

Mamá viene a la cocina a junto de mí.

—Clara se está vistiendo. Procura no molestarla mucho hoy, sí? — dice y sonrío.

—No te preocupes, hoy la voy a cuidar. ¿Más tarde puedo invitar a Sergio?

Mamá pone una mueca como diciendo "¿En serio?"

—Sí tu hermana está de acuerdo...

—Pues vamos a mi habitación y ella tiene el resto de la casa, por faaaa.

—Vale. — acepta. —Ya le dije a Clarita que me tengo que ir a trabajar, vais a estar bien? — pregunta antes de darme un beso en la cabeza.

—Sí mamá, cualquier cosa te llamo. Le daré a Spots para que esté mejor.

Mamá sonríe y yo también lo hago. Spots es una peluche de un dálmata, como los juguetes suaves de los bebés, que Clara tiene desde que es pequeña.

—Pórtate bien, Alvarito. Nos vemos a la hora de comer. — Vuelve a darme un beso en la cabeza y luego se marcha de casa.

Poco después Clara entra en la cocina y va a coger una pastilla.

—¿No será ibuprofeno?

—No, es paracetamol, no soy tan tonta como para tomar una pastilla que haga que me desangre más.

El chico de los tatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora