Natalia
Ya no sé cuanto tiempo llevamos Álvaro y yo evitándonos, pero ya es momento de que ceda. Tampoco quiero hacerlo sentir culpable cuando ni yo supe como expresarme en todo este tiempo.
Voy a junto de Sergio, ya que Clara quería dormir la siesta, un rato y no la voy a despertar.
—Hola — lo saludo al entrar en su habitación.
—Hola Nat, que pasó?
Deja de mirar su móvil para mirarme a mí.
—Quería preguntarte algo. ¿Sabes dónde está Álvaro?
—No.
—Venga Sergio, no me mientas, es tu mejor amigo, claro que sabes dónde está.
—¿Para qué lo quieres saber si ambos estáis ''enfadados''? — cuestiona con ironía.
—Quiero hablar con él. Dime dónde está, porfa. También eres mi mejor amigo, dímelo porfaa.
Insisto porque quiero resolver las cosas. Pero tampoco quiero meterlo mucho a él, ni a Clara, es como si estuvieran entre la espada y la pared, y no es justo para ellos.
—Valee, pero solo porque lo tenéis que resolver. Está en la playa.
—Muchas gracias — le doy un abrazo rápido y salgo corriendo de la habitación.
Solo a él se lo ocurre ir a la playa un día como este.
•❦•❦•❦•
Álvaro
Un día, tres días, cinco días, una semana, una semana y media...
Todo ese tiempo sin hablar con ella. Evitando coincidir lo máximo posible. Semana y media, yendo al gimnasio de la mansión, diseñando, y saliendo a la playa solo o con Sergio. Tampoco lo quiero meter mucho en medio, porque es amigo de los dos. Y mucho menos a mi hermana.
Llego a la playa y me meto de una en el mar. No hay nadie y así se está mejor. Hace bochorno y el cielo está cubierto de una capa grisácea que anuncia lluvia.
Lluvia de verano, tormenta de verano, de lo mejor que hay.
Nado un poco y luego me dejo flotando un poco en el agua, cuando comienza a llover.
Se siente surrealista estar en el mar mientras llueve. Es una sensación inexplicable, es como si fuera magia.
Por un momento me siento observado, pero al mirar alrededor, compruebo que sigue sin haber nadie. Y me acuerdo de Clara. Clara no podría estar así, le daría un chungo. Tiene algo de talasofobia, y cuando está donde no toca, no puede mirar hacia abajo porque si no se agobia muchísimo, e incluso sin mirar.
—¿Sabes? No le encuentro el punto a estar congelándote en el agua. — gritan y casi se me para el corazón al reconocer la voz.
—La verdad es que se está bien — miro hacia la orilla y la encuentro con una sudadera, un pantalón corto, y la cámara colgada del cuello. —. ¿Me estabas sacando fotos?
—¿Qué te hace pensar eso? — se hace la loca y niego con la cabeza. — Puedes verlas si quieres. Pero mejor en casa, donde no está empezando a hacer viento, ni llueve.
—Valee, ya salgo.
—¿Tienes toalla? — pregunta mientras me voy acercando.
—No.
—Toma — se agacha y a su espalda coge una toalla. Me la tira a la cara cuando salgo del todo.
—Gracias.
Comenzamos a caminar hacia la mansión en silencio.
—Oye, siento lo de la semana pasada.
—Álvaro, no tienes que disculparte. No fue culpa de nadie, quizás yo también lo exageré un poco.
—Pero tenías razón. Cuándo estaba antes con otras no reflexionaba en como te podía sentar a ti, y entiendo que te molestara y te sentara mal, porque joder, a mí también me hubiera pasado si me lo hubieras hecho tú.
—Bueno, dejémoslo estar, ya estuve reflexionando sobre eso durante una semana y es mejor dejarlo.
—¿Cómo sabías que estaba en la playa?
—Tu amigo también es mi amigo, y después de insistir un poco, vualá.
Llegamos a la mansión y se escucha ruido, pero no le hacemos caso, subimos a su habitación.
—Un momento que voy a poner las fotos en el portátil. — se sienta en la cama con el portátil en la mano.
Termino de secarme bien y luego enrosco la toalla a mi cintura.
—Ven — me siento a su lado. —, con un poco de edición, quedarán mejor, pero bueno. Qué conste que yo tampoco las he visto.
Va pasando las fotos en su portátil, y son muy buenas.
-Me gustan, me gustan mucho - digo mirándola.
Sonríe.
Y viéndola, me doy cuenta de que no hay nada más bonito que eso; verla sonreír.
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El chico de los tatuajes
Teen FictionLIBRO 2 Álvaro López, el hijo de Iria y Jorge, ya tiene dieciocho años. Se puede decir que se parece bastante a su madre a su edad, solo que él no se escapa para ir a fiestas. Desde que comenzó su adolescencia empezó a llamarle la atención algo, o m...