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alv, poco más de 5k de palabras,
no me maten plox les juro x la birgensita q hay una sorpresa chida







El señor Park se va.

Luego de que se ha hecho de mi estabilidad y mi cordura, simplemente arranca su auto y se va. Así. Sin nada más.

Ese día me voy a mi casa con el disfraz de gato puesto y no duermo. Toda la noche y toda la madrugada se me escapan en pensar que el señor Park también desea a alguien y ese alguien soy yo.

Me cuesta mucho creerlo durante las primeras dos madrugadas, pero cuando regreso a la escuela un lunes, con unas ojeras de oso panda y SeokJin tras de mí en la bicicleta, sé que tengo que hacer algo.

En los pasillos y afuera de los salones de la uni hay un montón de alumnos que se ríen, se burlan y le dan golpes orgullosos a un alfa de segundo año.

“¡Qué bribón, Chan!” le dicen “¡Yéndote por un maduro! ¡CEO, además! ¡Cabrón inteligente!”

Lo sabía.

Había sido demasiado bueno para ser verdad.

Sin contar que tal vez toda la escuela me había visto coquetearle al señor Park, también le adjudican al tal Chan mis esfuerzos. Maldita sea.

Incluso Jin, que es tan ingenuo y burlesco, se muestra extrañado con lo que dice la gente.

—La verdad es que no me la creo para nada —murmura cuando ya una tercera persona le ha dicho que Chan es su nuevo padre—. Mi papá detesta a los tipos como Chan.

Vuelvo a repetir el bucle de la escuela, ir a trabajar, dormir y regresar a la escuela por décima vez. Estoy desesperado. Todo es un bucle desde que el señor Park dijo que le gusta Min Yoongi, que le gusto yo.

Estoy confundido. ¿Por qué se escapa de mí? Tiene que haber una puñetera razón para que ni siquiera SeokJin sepa decirme cuándo demonios su padre descansa. Hay ocasiones en que no puedo contra mi bestia interior y termino por salir corriendo a media noche.

Se me enrojecen los ojos y mis dientes se ponen tan puntiagudos que sin querer me hago sangrar. Sin embargo yo únicamente anhelo enterrarlos en el señor Park.

Y entonces tienen que transcurrir otras nueve noches para que mi lobo se haga más grande que mi raciocinio; decido que le voy a demostrar al señor Park quién verdaderamente es al que confesó sus pensamientos. No puedo permitir que él continúe haciéndose una idea equivocada.

Tiene que saberlo. No ha sido ningún maldito Chan, he sido yo. Y un carajo si me odia cuando se entere. Pensará que he jugado con él. Pero el señor Park ya no tiene quince años, confío en que sabrá escuchar y entender mis razones.

Doy mil vueltas en la cama y en la cancha de basquetbol comiendo mi cerebro con la situación.

Solo espero que él realmente lo haga.















Han pasado otros tantos bucles interminables y finalmente es fin de mes.

No hay nada como saber que los proyectos en la escuela están por acabar, pero justo ahora, para mí, sí que hay algo mejor que eso. Malditamente mejor.

Y es que no es para menos, hoy es la tercera vez que el señor Park vendrá al restaurante. Tuve que hacer malabares y preguntas insospechadas para asegurarme de que él realmente estará. Hoy. Aquí. A unos metros de mí.

Tan cerca como no lo hemos estado hace casi dos meses.

Mi lobo salta y se revuelca y puede parecerse mucho a un perro inquieto y loco porque no ha visto a su dueño desde hace mucho tiempo. Él solo está muy emocionado.

mr. parkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora