Mi Chico Malo | SwingsBeat

☞ Capítulo Diez

Seguimos caminando hasta que un árbol caído nos impide seguir nuestro camino, damos media vuelta y caminamos hacia casa, mientras volvemos empieza a gotear, y cada vez con más fuerza, corremos, pero solo un poco, ya que tampoco llueve tanto para correr. 

Llegamos a la casa, tocamos a la puerta y nos abre mi abuelo, Thomas. Pasamos y nos quitamos los zapatos y los abrigos. Pasamos al salón donde se encuentra mi madre.

— Mamá, ¿dónde vamos a dormir? - pregunto interrumpiedo su conversación con una de mis tías

— En el cuarto donde siempre duermes - me contesta ella sin prestarme mucho interés, le hago un gesto con la cabeza a Tyler para que me siga.

Subimos las grandes escaleras, donde luego se separan por la mitad, nosotros vamos por la derecha, ya que ahí se encuentra mi cuarto, avanzamos por el pasillo, y la tercera puerta es la de mi cuarto, abro, y está como lo dejé hace unos meses, el aroma de mi abuela me arropa, y me entra una nostalgia increíble, me siento en la cama y recuerdo algunos momentos vividos con mi querida Glory, en la cómoda tengo una foto con ella en el río. Que recuerdos me trae todo...

Y pensar que ahora ya no está, que no la volveré a ver más en mi vida, que todos los momentos con ella, se quedarán en unos recuerdos, ¿y ahora quién me va a hacer sus tortitas?.

Miro el cuarto, y todo me recuerda a ella, aunque supongo que es normal. 

Sin darme cuenta, Tyler está a mi lado tumbado y yo estoy llorando, me seco las lágrimas y me levanto, le digo a Tyler que espere, bajo a por nuestras maletas, y de paso cojo también el Wi-Fi, bueno, guardo la clave.

Unos minutos después subo con nuestras maletas y con internet en el móvil. Lo primero que hago es decirle a mis amigos y a Nick... Que pobre de él, que estoy en Estados Unidos.

Me tumbo en la cama al lado de Tyler, le miro, tan solo le sonrío, él me besa, y en medio de nuestro primer beso estadounidense, entra alguien, me separo rápidamente de él, y miro a la puerta a ver quien quiere molestar, por mi sorpresa no veo a nadie, miro a Tyler un poco asustada y salgo de la cama, saco mi cabeza por la puerta viendo el pasillo, pero tampoco hay nadie, detrás oigo la risa de mi abuela, miro hacia el sillón de la ventana y parece que hay alguien sentado. 

— ¿Abuela? - pregunto esperando alguna respuesta

— Hello Rachel, I've missed you - me quedo sorprendida, he tenido respuesta, miro a Tyler con los ojos como platos, pero él me está mirando igual - be happy - noto como que alguien me acarcicia la mejilla, miro nuevamente el sillón y ya no hay nada, miro hacia la puerta y esta se está cerrando lentamente.

— Tu también - me quedo mirándole - lo has oído ¿no? - asiente aún sorprendido, me empiezo a reír para disimular las lágrimas que me caen.

La verdad es que estoy más unida a ella de lo que creía, la estoy echando de menos, mi abuela...

— Nos ha hablado un espíritu, el espíritu de tu abuela - aún le tiembla un poco la voz, se levanta y se apoya con la espalda en la pared, voy hacia la cama, e imito sus acciones, me apoyo en la pared y apoyo mi cabeza sobre su hombro. Empiezo a llorar, como no.

Acto seguido, me tumbo, me pongo de lado, y el sueño me invade.

Me despierta mi madre, lo primero que hago es mirar donde está Tyler, pero no le veo. Hoy es el entierro, me levanto y busco en mi maleta algo negro, cojo unos vaqueros, y al cogerlos recuerdo que una vez me dijo mi abuela, que si voy a su entierro, que no vayamos de negro, por lo tanto me pongo unos vaqueros claritos, un jersey, y unos botines.

— ¿Pretendes ir así Rachel? - se queja mi tía, asiento - es una falta de respeto que lo sepas

— La abuela me lo pidió - salgo del salón, sigo sin encontrar a Tyler.

Subo a la planta de arriba y miro en todas las habitaciones, pero no está en ninguna parte, bajo y busco en la cocina, en el salón, pero nada. Salgo al jardín y está sentado en un banco fumando, me acerco a él, y le abrazo por detrás.

— Te he buscado por toda la casa

— Perdón, pero tenía que salir

— Vamos dentro, que nos vamos a ir llendo ya al cementerio - me levanto, él también, se acaba el cigarro y entramos a la casa.