EPÍLOGO
Kakashi organizaba la lista de los equipos para una misión que debía realizarse temprano al día siguiente, esperaba a un equipo para darle instrucciones. Era lo único pendiente, toda la mañana y la tarde se la pasó trabajando sin descanso, la recompensa que obtenía era salir cuando el sol comenzaba a ocultarse, lo más temprano que lograba escabullirse sin acumular más tareas. Sus deberes se vieron interrumpidos cuando alguien tocó la puerta y entró a la oficina.
-¿Necesitas ayuda, cariño?- le preguntó Sakura, la jovencita vestía una bata blanca y tenía el cabello sujeto en un moño alto, venía del Hospital.
El ninja inmediatamente se puso de pie y abrazó a la médico. También besó su cabellera rosa. La había estado esperando.
-Espero no interrumpir- le susurró la jovencita acomodándose en su pecho y suspirando tranquilamente.
-Nunca lo haces, dame unos minutos, estoy esperando a un equipo para asignarles la misión de mañana. Es todo lo que debo hacer y entonces podremos irnos. ¿Terminaste en el Hospital?
-Sí, todo está muy tranquilo- el ninja pasó las manos por debajo de la bata e incluso subió la blusa de la joven para poder tocar su piel. La acarició sin que ella protestara, por el contrario, se acercó más a él de esa manera tan provocativa, siempre funcionaba y siempre lograba hacerlo suspirar de placer.
El ninja continuó con las caricias, cada vez eran más suaves y delicadas, subían un poco más, se entretenían recorriendo cada centímetro de la piel tibia. Sakura se había puesto de puntillas y sin que el ninja supiera cuándo, bajó la máscara y besaba su cuello. Kakashi lo estaba disfrutando, le ocasionaba un cosquilleo placentero que lo excitaba como la primera vez.
La pasión entre ambos no había disminuido ni un poco, hace un meses cuando su relación se volvió pública, una parte de él temía que la llama entre ellos se debilitara, después de todo comenzaron como una aventura y la idea de lo prohibido era muy atractiva. Pero nada de eso pasó, la pasión era incluso más fuerte, la seguía deseando siempre que estaba con ella. Cuando la tenía cerca admiraba su belleza y figura sensual. Justo en ese momento también fantaseaba con la idea de bajar el short que le impedía estar dentro de ella. Su miembro palpitaba, tenía una erección que Sakura ya debía sentir.
Las manos del ninja ya estaban por debajo de la falda amenazando con bajar el short. Pero entonces tocaron a la puerta. Seguro que era el equipo que había estado esperando. Se separaron con cierto pesar, la médico le subió la máscara y se arregló el atuendo. Todo parecía estar bien y en orden excepto por la notable erección del ninja que tardaría unos minutos en desaparecer.
-Yo lo atenderé- dijo Sakura muy consciente de la situación. Le dio un beso en la mejilla y se apresuró a abrir la puerta, una vez que el Hokage tomó asiento, entonces ella abrió.
Los ninjas no se sorprendieron de verla ahí, era muy frecuente encontrarla en la oficina Hokage y cuando no tenía mucho trabajo en el Hospital se dedicaba a ayudar a su pareja con los asuntos de la oficina. Cuando el Hokage no estaba en la oficina, era seguro que estaría en el Hospital. Toda la Aldea pronto se acostumbró a verlos juntos.
Sakura se acercó a su ex sensei y se quedó parada a su lado, el ninja no tardó en tomar una de sus manos y entrelazarla con la suya. El equipo estaba frente a ellos sin mostrarse incómodos ante la situación, así que comenzó a explicarles la misión del día siguiente. Se tomó más tiempo del que era necesario para que la erección terminara por desaparecer y funcionó, cuando se levantó para entregar los papeles, estaba mucho más calmado.
-¿Estás lista para ir a casa?- le preguntó a Sakura una vez que el equipo se retiró y los dejaron solos. La médico se había sentado sobre el escritorio, conservaba esa costumbre que Kakashi apreciaba por la vista que le ofrecía. No perdió oportunidad de acariciarle las piernas.
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LAS ENSEÑANZAS DEL HOKAGE
FanficDespués de que Ino le menciona su poca experiencia íntima, Sakura decide cambiar la situación, está convencida de que Sasuke desea una mujer más atrevida y ella quiere ser esa mujer. ¿Pero, dónde aprender algo así, mejor dicho, con quién aprender al...