cap.3 ▪︎Nuevo Hogar▪︎

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"¿Como llegamos a esto?" Era lo que pasaba por la mente de Takemichi, mientras llevaba en una de sus manos bolsas con ropa y la otra a la altura de su estómago sosteniendo una mochila grande y negra, mirando una de las muchas escenas que presenciaba en varias ocasiones estando junto al pelirrojo

-¡Adelanté vieja, no le tengo miedo!- Ademas de estar todo empapado, Nakamura se ponía en posición de defensa, como si en verdad pensara que una mujer mucho mayor que el, fuera a darle un puñetazo

-¡Mocosos mal educados!, ¿¡Así fue como sus padres les enseñaron a tratar a los mayores!?- "A mi no me meta señora, no hable en plural" pensaba el pelinegro, ante los gritos de la mujer, quien estaba exprimiendo una parte de su camisa mojada

-¡Mire, solo porque no quiero pelear enfrenté del pequeño, dejaré pasar la mierda que usted llama educación!- apuntó con el índice a la dirección donde se encontraba el ojiazul y a lado de él un niño que apenas le llegaba a la cintura, una de las manos del menor sujetaba el extremo de la sudadera del más alto, mientras comía una paleta que Takemichi le había dado segundos antes. -Y de ese bebé grandote, que llora cada vez que se le cae su helado- el pelirrojo hizo una pequeña mueca evitando reír al terminar la oración, le daba gracia al recordar las reacciones de su compañero, y que en la mayoría de veces el era el culpable de esos accidentes.

-Idiota- susurró el pelinegro

-¡No me importa mocoso!- Era obvio, estaban en pleno centro comercial, y no le importó hacer un alboroto, provocando las miradas y susurros de la gente que iba pasando y empleados de locales cercanos -¡Lo que quiero es una disculpa!-

-¡Eso fue lo que hice desde un principio, sorda!- Ni siquiera reaccionó, cuando la bolsa de la mujer ya estaba impactando en su cara, y callendo al suelo de espaldas; el chico se sentó quejándose, manteniendo su mano contra su mejilla, miró de reojo a las personas a su alrededor para luego mirar a la mujer, pararse y decir -Ni me dolió- sacándole la lengua

La discusión duró poco después, al ver que se estaba acercando un guardia de seguridad, el pelinegro tomó por atrás el cuello de la sudadera del pelirrojo y lo llevó arrastrando fuera del edificio directo al auto. Quería ahorrarse la molestia de explicar cómo un hombre de 26 años y una mujer de 50, habían caído a la fuente y estaban a punto de jalarse las greñas

-Esa mujer llevaba piedras en su bolso-

Takemichi reía, mientras subía las bolsas y la mochila a la cajuela, después abrirle una de las puertas el pequeño para que subiera, el niño miraba como Nakamura abría la puerta delantera y ponia un pie dentro del auto

-Tío ¿qué está haciendo?- el menor se cruzó de brazos y frunció el ceño

-eh?-

-¿Vas a subirte así al auto de tío-michi? Estas mojado- decía apuntando su ropa

-Pero ya la escurri y cubri el asiento- señalaba con ambas manos el interior del carro, una gabardina cubría gran parte de este

-...Bueno- El castaño subía a la parte trasera por donde le abrió el ojiazul

Los dos mayores terminaron por subirse al auto

-"¿Tío, estás bien? No quiero que agarres un resfriado", si, gracias Takeo estoy bien, gracias por preocuparte- sonaba sarcástico e indignado

-Tú nunca te enfermas, podrías estar desnudo en la lluvia y no te pasaría nada- miró hacia la ventana, sin devolverle la mirada al pelirrojo

-Viste, se preocupa más por un auto que por su familiar, ¡familiar que lo cuido y cambio sus pañales llenos de-!-

-Nakamura-kun- El pelinegro lo interrumpió antes de siquiera pronunciar la grosería

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