cap.13 Una perspectiva diferente

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Extraño...si, eso podría definir las cosas que me han sucedido. Desde que inicié la edad "adulta" o el inicio de mi adultez inconscientemente seguía una rutina, consideraba mi vida como sencilla. No era del tipo de persona que se dejaba llevar por sus deseos, si quería hacer algo que no fuera necesario para mi familia, no lo hacía, si no era algo que mis hijos desearan, no lo hacía, si se pasaba por mi cabeza el pensamiento de ser algo innecesario, no lo hacía. Pero, estos días he sentido un cambio, pequeño pero para mi muy extraño, ahora sentía un extraño sentimiento que me decía "hazlo" lo gritaba con fuerza, dándome ánimos supongo. Admito que me pone nervioso la mayoría de veces, era de esos momentos donde mi corazón contradecía a mi cerebro, una sensación que no creí volver a tener alguna vez en mi vida. Porque si, en mi adolescencia no fui más que un cobarde incapaz de contradecir a idiotas más fuertes que yo, incapaz de detener los abusos y tratos grotescos hacia mi y mis amigos, al parecer fue tanto el maltrato que mi mente no pudo aguantarlo, y, según mi psicólogo, fue un mecanismo de autodefensa bloquear aquellos años de mi yo de secundaria. Recordaba sucesos cuando en realidad no habían pasado, veía una gran espalda adelante de mi, no recuerdo su cara, su nombre, nada. Y llegué a la conclusión de ser algún otro tipo de mecanismo o lo que sea de mi estúpida mente. Patético, ¿no es así? Alguien débil que se alejó de la realidad por no soportar y aguantar un poco más. Una baja autoestima, si, pero trabajo en eso.

Creo que me desvíe un poco del tema, aunque necesariamente, volviendo a lo que me ha atormentado; ese sentimiento que me causa incertidumbre apareció hace unos días, una semana, quizá, talvez sea una exageración o el miedo al cambio repentino. Esa solo palabra me preocupaba "hazlo"  aparecía en cada ocasión en que mi interés despertaba, pronto lo tomé como una motivación, o un impulso a intentar. Me daba seguridad, definitivamente era algún tipo de "voz de la consciencia" ya que si algún pensamiento negativo llegaba volvía a gritar con firmeza, como una cachetada mental que me recordaba que no había que ser precavido todo el maldito tiempo, Kiyomasa no estaba. Y tenía la necesidad de agradecer a alguien, de pronto vino a mi cabeza la gran espalda
Enserio...o me volví loco o en verdad ese sujeto no era mi imaginación.

Volvi de mi ensoñación al escuchar toques en la puerta del baño, donde me encontraba, poniendo más atención al ambiente, la llave del grifo aún abierta se escuchaba en todo el cuarto el cual cerré enseguida —¿si?—

—Papá, la comida está lista

—Voy enseguida—respondí, y recibí un sonido afirmativo junto a unos pasos alejándose
Seque mi rostro con la toalla que estaba a mi alcance, después salí del pequeño cuarto. Me dirigí hacia la cocina, donde la mesa ya estaba servida, y Aki, mi hijo me esperaba —¿y Hana?

—Ya viene, terminó de hacer su tarea

—Esta bien

—Mamá se fue a trabajar, te tardaste mucho en el baño ¿no podías cagar?

—¿Que?...¿que es eso de "cagar", Aki? ¿Quien te lo enseñó?

—Tío Makoto

—A ese... si lo vuelve a decir patea su pierna

—¡Entendido!

Poco después llegó mi hija, agradecemos por la comida y empezamos a comer

—Hina-chan llegara pronto así que no le causen problemas— sabia que no pasaría algo así, pero quería asegurarme. Aki y Hana veían la televisión asintiendo de manera sincronizada mientras yo lavaba los platos

Limpiaba las últimas cosas del comedor cuando el timbre no tardó en hacerse oír. Los tres nos dirigimos a la entrada para recibir a Hinata, con su rostro calmado y pequeña sonrisa

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