Capitulo 6

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Si decía que no se sentía triste, eso en realidad sería una farsa clara.

Este año, su cumpleaños había caído un sábado y no planeaba hacer nada más que estar en su sala de estar o cuarto jugando videojuegos o leyendo alguna otra novela de sementales.

¿Por qué Shang Qinghua había decidido venir con los demás e incluso decir que era una fiesta sorpresa? ¿Qué sorpresa? No era así cómo funcionaban, aunque pensándolo de otro modo, sí lo habían sorprendido al aparecer de la nada en su puerta.

La tarde estaba pasando agradablemente, pero un peso en su pecho se había asentado durante un tiempo.

"¿Sabes... sobre Binghe?" Shen Yuan le preguntó en un susurro a Shang Qinghua.

Shang Qinghua negó con la cabeza. "Mobei habló con él esta mañana y dijo que vendría". Se encogió de hombros y continuó. "Tal vez le pasó algo, ya lo sabremos."

Shen Yuan se asustó. ¿Qué podría haberle ocurrido? Incluso había recibido una llamada suya en la madrugada felicitándolo y deseándole todo lo mejor, palabras tan bonitas que lo hicieron lagrimear.

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Se hizo de noche y se despidió de todos. Una vez de regreso en la comodidad de su casa, unos minutos después su teléfono comenzó a sonar. El nombre que apareció con el brillo de su celular aceleró el ritmo de su corazón.

Atendió el teléfono. "Binghe..."

Fue interrumpido por la voz al otro lado del teléfono. La alegría y la pena estaban mezcladas. "Shen Yuan, feliz cumpleaños, lamento no haber ido."

"Tonto, no tienes por qué disculparte", Shen Yuan sonrió aunque no podían verlo.

"Yo... no quiero que suene como excusa, pero..."

"Binghe, ¿Está todo bien? ¿Te pasó algo?" Un dejo de preocupación era totalmente notorio en su voz.

"Mi madre sufrió un accidente con las escaleras y tuve que llevarla al hospital. Le dolía mucho una pierna y al final resultó en un esguince. No quería dejarla sola y..."

"Binghe, Binghe, está bien. No tienes que preocuparte. Lo digo en serio. ¿Cómo está ella ahora? ¿Necesitas ayuda? Puedo ir ahora mismo."

La risotada que recibió como respuesta lo dejó completamente desconcertado. "¿Por qué...?"

"Mi Shen Yuan es realmente el mejor. No tienes que hacerlo, pero gracias", luego de una breve pausa siguió. "Hace un rato la acompañé a su habitación, ahora está mirando la televisión mientras cena. Prometo compensártelo."

"Eso es bueno. Ey, Binghe, no tienes que..."

"Lo haré, descansa bien didi". Luego colgó la llamada, dejando que las palabras de Shen Yuan fueran digeridas de vuelta en su estómago.

Shen Yuan chasqueó la lengua, pero las esquinas de sus labios se elevaron sin que se diera cuenta.

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Domingo al mediodía.

Luo Binghe se encontraba preparando el almuerzo cuando de repente, el timbre sonó. Se limpió las manos y fue a ver quién era. ¿Por qué Shen Yuan...?

Ajustando su respiración, Luo Binghe abrió la puerta. "Didi que..."

"Binghe, hola. Yo... es que... tu mamá... mmm..." Shen Yuan no sabía qué decir. Estaba muy nervioso.

Luo Binghe se conmovió al ver a su lindo chico en la puerta de su casa y no pudo soportar no abrazarlo por los hombros.

Shen Yuan se puso rígido, sintiendo cómo su cara estaba enterrada en el gran y cálido pecho ajeno.

Alma de mi AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora