11. Celestial (Parte 1)

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Link: ¡Alto, ladrón! -grité con fuerzas-

Empecé una persecución contra aquél malhechor que comenzó en el lado Sur y que continuaría hasta el lado Oeste, corriendo cuesta arriba. Mis reflejos nunca han decaído con los años, es por eso que pude esquivar a las personas u obstáculos en mi camino sin perder velocidad ni perderlo de vista. Cálculo que la distancia entre ambos pueden ser unos tres metros.

El ladrón iba vestido con una túnica oscura que le cubría de pies a cabeza. Un detalle el cuál me tomo por sorpresa, es que era increíblemente ágil en sus movimientos; mientras yo pasaba entre la gente, él o ella uso como impulso esas columnas de maderas que le daba techo a está calle. Ambos dimos un derrape cuando llegamos al final del camino, pues el ladrón fijo su dirección a la salida oeste.

Durante ese cortisimo lapso de tiempo, extendi mi mano tanto como me fuese posible y le alcancé esa túnica que le colgaba. De ahí la jale, pero al hacerlo, sentí un peso nulo, hasta que me di cuenta que se la quito. Seguro lo hizo apenas sintió el tirón. Sin embargo, seguí corriendo al evitar tropezar. Casi pude distinguir quién era, sólo logré captar su piel morena.

Guardia: ¡Alto! ¡Está prohibido co...!

Justo ahí, el guardia que protegía el portón, y por ende la salida, fue silenciado con un fuerte empujón propinado por el ladrón que lo dejo tirado, dandole paso al exterior. Conmigo como su perseguidor, eche la túnica a un lado.

Las luces y colores del carnaval fueron apagadas abruptamente en el instante que salimos. Sentí el oscuro frío de la noche casi al instante, pero eso no era lo que me preocupo; lo que me preocupo es que ya no estaba por ningún lado... Desapareció.

¿Adónde fue? ¿Cuando lo hizo? ¿Cómo lo hizo? ¿En qué momento? Era preguntas las cuáles me rompían la cabeza. Meto las manos en el fuego al afirmar é siguiente: desapareció apenas di un parpadeo. Sí, en esas décimas de segundos en los cuáles técnicamente uno podía seguir viendo, hizo algo que le permitió escapar.

En completo estupor, le di vueltas y vueltas mi cabeza para volver a verlo... pero nada.

Link: ¿Por dónde se...? ¡¡AAHHHH!! -grité en absoluto dolor-

¡¿Q-qué ha pasado?! De repente sentí un fuerte golpe por detrás que me tiro al suelo. Ya veo... parece que de alguna forma logró esconderse en un punto ciego y así me tomó por sorpresa. Intenté levantarme rápidamente para confrontar al agresor, pero tan pronto como puse mi rodilla sobre césped del exterior, unos pies dejaron caer todo su peso sobre mi espalda, contra el Escudo Espejo, obligándome a caer nuevamente.

Solté un fuerte quejido mientras intentaba levantarme usando todas mis fuerzas, pero otra vez fuí interrumpido por una inesperada sorpresa: No fue uno, ni dos, sino tres pares de pies los cuáles empezaron a patearme por los costados y la espalda que a duras penas cubría mi escudo. Eran más de una persona.

Link: ¡Ugh! ¡Aghh!

El dolor fue horrible, no por las patadas en si, sino que los zapatos que usan son puntiagudas. Dichas puntas se enterraban como pequeños cuchillos sobre mis costillas, pero con la fuerza de una patada. No sólo eso, también sentía la falta de oxígeno por las continúas patas en esa zona, lo cuál apenas me dejaba pensar.

M-maldición... Creí que mis reflejos nunca decayeron, pero entonces recordé como un simple juego de niños me había tomado por sorpresa está mañana. Pensé siempre estar alerta del peligro, pero al final del día veo que ya no soy la sombra del héroe que solía ser antes...

No...

Yo no puedo acabar así. ¿Qué clase de héroe cae rendido ante una emboscada tan simple? Yo no soy así, yo no me doy por vencido tan fácilmente. Incluso en los peores momentos en los cuáles parezco estar acorralado por incontables enemigos, sé que todos, sin darse cuenta, terminan en una coordinación de ataques en el cuál todos lanzan un golpe o proyectil después de otro. En otras palabras: un patrón de ataque. Está no era la excepción. Sólo necesito saber como y cuando contraatacar, estrategia que me ha sacado de apuros incontables veces.

Conflicto Interno - The Legend of ZeldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora