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Mirar hacia atrás ya no parecía tan doloroso como el ayer, quizás porque al fin había logrado comprender las cosas. Finalmente era alguien razonable; ya no era una niña. No, claro que lo había dejado de ser desde hace mucho tiempo, un tiempo imposible de apreciar aunque mirara hacia el, quizás un cambio lento como para poder apreciar, pero rápido como para ser capaz de dejar una marca. ¿Cuándo realmente había dejado de ser una niña? ¿En el momento en que el mundo se desborono o cuando yo fui quien lo hizo?

"— ¿Podrías simplemente comportarte como una persona de tu edad? Ya no eres más una niña de la cual debemos estar cuidando, ¿acaso crees que no estamos hartos de esto? No eres la única que está mal..."

— ¿Y lo eras? 

— No, supongo que en ese momento realmente sentía que yo era la única dañada, pero el otro día pensando, me di cuenta que no. Como una persona, el daño nunca es igual con uno que con otros, siempre se presenta de distintas maneras: mas rudo o mas bondadoso, a veces esta y otras no. Ellos estaban mal a su manera, así como yo lo estuve a la mía. No pude comprenderlos, pero ellos tampoco me comprendían a mi, la única diferencia es que yo al menos trataba de hacerlo y ellos no. -quizás era esa tenue luz de la habitación la que provocaba la nostalgia.— O lo intentaron sin éxito. 

— ¿Porqué parece que quisieras justificarlos? 

¿Justificarlos? ¿Cómo podría tratar de justificarlos? ¿Lo merecían?

— No. No, para nada. -mis hombros se encogieron, mi mirada perdiéndose en la luz proveniente del techo, descubriendo que la culpable de la nostalgia no fuera aquel punto de luz, sino los colores de las paredes. Extrañamente lo descubrí hasta ese dia.— He tratado de hacerlo antes y no he encontrado realmente la forma. Mas bien, estoy tratando de justificarme a mi.

— ¿A ti? -asentí.— ¿Porqué tratarías de justificarte después de todo lo que te ocurrió?

— Por eso mismo. No puedo justificar lo que no conozco ¿o si? Así que trato de hacerlo con lo que si. Supongo que trato de justificar cada una de mis acciones, tratando de hacerme nuevamente creer que son las correctas; que no he cometido un error. Que valió, valen y seguirán valiendo la pena.

— Tienes miedo...

— Claro que si. -me permití interrumpirla.— De equivocarme. De seguir cayendo en un pozo al que yo misma me lance.

"— ¿Crees estar harta? Pues nosotros también lo estamos, no haces nada más que tomarte una posición de inocente, de una víctima como si no rompieras ni un plato cuando eres un asco de persona, porque si, aunque no quieras darte cuenta de eso, en todo este tiempo no has hecho nada más que volverte una persona tan asquerosa."

Estaba bien poner en duda tus propias palabras, y eso no siempre era inseguridad, falta de decisión, de confianza. A veces se trataba de ser mejor, juzgarte tu mismo para conseguir la perfección.

Envolví mi cuerpo con el abrigo café que descansaba a mi lado. Extrañamente al cruzar aquella puerta de un color blanco cremoso, el sentimiento de no poder confiar en alguien llegaba una vez mas a mi, envolviendo mi cuerpo de mejor manera que mi propio abrigo. ¿Amigos? tenia muchos. ¿En quien confiar? podía contarlos con mis dedos. ¿Entonces que era lo que faltaba si aparentemente tenia lo necesario? 

— Vayamos a la otra cuadra, he visto un lindo local de flores. Quiero ir a visitar a alguien. 

El azabache asintió con una sonrisa que contrasto el clima. Daehyung. Choi Daehyung. Ese era su nombre, lo habían contratado hace ocho meses después de que la empresa se viera obligada a probar y cambiar a el equipo tras todo lo ocurrido, y hace tres meses que se había vuelto mi chofer y escolta personal. Luego del ataque de Haneul dentro de la empresa, las cosas habían cambiado para todos, el grupo se había ido a un descanso indefinido a causa de los rezagos físicos y mentales que todo había dejado. Entre las investigaciones, hospitales y lutos, todo estaba a penas comenzando a calmarse. A tomar su lugar. Daehyung era posiblemente la única persona con la que convivía a demás de los conocidos, pasaba tanto tiempo sola como pudiera aunque él siempre andaba detrás de mi cumpliendo su trabajo. 

Me recordaba tanto a él, y constantemente pensaba que así es como Marcus debía verse si las cosas hubieran sido diferentes. Se había vuelto mi amigo cuando mas necesitaba de uno.

— Hola Soo... -escuche su voz atreves de mi teléfono.

— Jin... ¿sucede algo? -mire por la ventana del auto como Daehyung escogía las flores que le pedí. 

— No, no. Todo esta bien, solo marque porque supuse que ya estarías de regreso a casa y... -las mismas palabras de dos días a la semana, siempre a la misma hora.— Nam recién regreso del doctor y vamos a comer, te esperamos si ya estas cerca.

— Adelántense. Tengo unas cosas que hacer antes de volver y no se cuanto me tome.

— ¿No necesitas que te acompañemos? -negué aun consiente de que él no podía ver el movimiento de mi cabeza.— Si quieres, pode...

— Esta bien, solo iré a visitar a alguien. -recibí el pequeño ramo de rosas amarillas.— Después debo encontrarme con Irene unnie, por eso no se cuanto demore. Pero, cenamos juntos.

No quise alargar mas la conversación, y colgamos luego de acordar que cenaríamos. El camino era tranquilo a pesar del trafico producido por la nieve en los carriles, me entretuve admirando a las personas caminar de un lado a otro, unos esquivando a cualquier cuerpo que les presentara debido a la prisa, mientras que otros parecían simplemente disfrutar del frio y la nieve. 

Mis pies se hundían en la nieve que nadie recogía, siguiendo al hombre frente a mi hasta que finalmente se detuvo indicándome lo que le había pedido, agradecí antes de que pudiera dejarme sola. Había escuchado por mi tía que nadie mas que los padres de Hanuel, habían asistido a su entierro, ni siquiera sus familiares los había acompañado y ella se entero porque la madre de la chica había ido hasta ella para disculparse por los actos injustos que su hija había cometido en vida.

— Debe de ser triste ya no tener mas que la nada. -las flores secas crujieron bajo mi tacto al quitarlas de la pequeña maceta de cemento y colocando las nuevas.— Hola Haneul... demore mucho en venir, ¿no es así?

 "— No te estamos obligando a estar en un lugar donde no quieres, no es como si fueras indispensable en nuestras vidas."

— ...Donde sea que estés, debes estar feliz de verme en la posición en que estoy, aun sufriendo por ti a pesar de tu ausencia, pero sabes algo, después de todo, soy yo quien sigue de pie; lamento que seas tu misma quien me haya hecho subir, Haneul... -quite la nieve que cubría la lapida.— He pensado lo buenas amigas que pudimos haber llegado a ser, pero eso es otro cuento, y aunque no lo hayamos sido, te prometo algo: Voy a estar bien. Por las dos.







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/COMO ESTAN? Espero que esta actualización haya sido de su agradado. 

/Lamento mucho la espera, pero agradezco de corazón a las personas que con gusto han esperado por mi regreso. 

/Todos los que comenten recibirán dedicatoria para el próximo capitulo. 

/LOS AMO HEAMOON🖤🌘

/LOS AMO HEAMOON🖤🌘

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SELFISH (3): Memory ♡BTS♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora