SELFISH (3): Memory ♡BTS♡

01

Una desgracia.
Quizás dos o tres.
Una vida. Aprender a vivir con ellas.

¿Cuándo comienzan? Pero aun más importante, ¿cuándo terminaran?

Odiaba a papá. Verlo hundido en alcohol, sin ser o dar nada que pudiera considerarse de un hombre honorario, ni siquiera ordinario. Me sentía desgraciada, aunque no lo entendía del todo. Miraba de lejos el dolor de mamá, queriendo llorar por ella, sufrir por ella aunque no lo entendiera. Ni siquiera Mac parecía entenderlo, quizás era más complicado en aquel entonces.

Creía que odiaba a papá. Cuando huimos de su lado, ver a mamá dejar de llorar por las noches y a Mac jugar con calma, me sentí tranquila, casi como si en ese momento aprendiera a respirar. Pero llore, aquella tarde que escuche a mamá hablar con los tíos YeJin y Robert, papá había muerto por una sobre dosis. Creí que odiaba a papá pero no quería que eso sucediera, quería que siguiera ahí aunque no estuviéramos a su lado.

Con el tiempo entendí que tan solo odiaba a papá porque esperaba más de lo que él podría habernos dado algún día. Pero de alguna forma lo extrañaba. Extrañaba su imagen siendo el hombre, esposo y padre que siempre desee.

Cuando lo dejamos, cuando murió; ¿no debía ser el final de nuestra desgracia? Primero Mac, y después él. Era demasiado.

— Tu hermano esta arriba, iré a entregar estas cosas al trabajo. Tratare de ser rápida, aunque quizás mamá llegue antes. -adoraba a la tía YeJin y su rostro sonriente.

Mamá quería ser una mujer fuerte, lo dijo después de dejar a papá. Consiguió en empleo en una tienda de venta de instrumentos en el centro, ella amaba la música. Los tres vivíamos con la tía YeJin y su esposo, nos habían ayudado tanto.

— Toma. -lo mire confundida, pero aun así tome el oso de peluche que me ofrecía.— Te lo regalo, es tuyo apartir de ahora.

Seguía confundida pero la emoción me cegó. Lo tome y me lancé a sus brazos. Aquel oso era suyo, mamá se lo había regalado cuando tenía tres años, era tan lindo pero nunca me lo había prestado para jugar, era su tesoro.

— Lo mirarás y pensaras en mi.

— Nadie es más lindo que oppa. -me reí mientras el agitaba mi cabello hasta que se fue al cuarto porque tenía tarea.

¿Por qué tuvo que ser así?

Casi como si una bomba explotara a mi lado, aquel ruido lleno mis oídos. Tenía tanto miedo y no sabia el porque, así que solo corrí hasta él. No entendí porque estaba en el suelo y había sangre en su rodeando su cabeza. Lo entendí cuando vi la pistola que el tío Rob tenía por su trabajo.

Todos llegaron cuando menos lo sentí, pero solo quería quedarme ahí, aferrada a su cuerpo sin vida, recostada sobre su pecho como todas las noches en que tenia pesadillas y él se quedaba a mi lado hasta verme dormir. Era el mejor hermano mayor, y no entendía porque había hecho aquello, dejarnos a mamá y a mi solas. 

— ¿Y si haces una audición? Puedo pedir una guitarra prestada del trabajo, rentar por un rato el piano que siempre tocas. -sabia que quería animarme.

Me negué, no recuerdo cuanto tiempo pero fueron meses enteros hasta que lo hice. Amaba la música tanto como ella la amaba o aun más.

No sabia cuanto cambiaría mi vida. Cuando fui seleccionada en la primera etapa parecía un chiste, pero en la segunda, entendí que era la realidad. No me sentía lista de dejar New York e ir a Corea del Sur, aquello implicaría dejar todo atrás, dejar a Mac.

Pero lo haría, por él, para hacerlo sentir orgulloso. Incluso por papá, para demostrarle que podíamos lograr tanto como quisiéramos sin él.

No necesitábamos más desgracias. No lo merecíamos; no lo merecía.