16. La piscina

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—Los dos están muy metidos en sus papeles de novios.

—Solo estamos volviendo a tener la misma relación que antes, solo amigos

—Se están volviendo a reconciliar y se están volviendo más cercanos poco a poco.

—Se podría decir que sí.

—Buenas tardes, señor —dice la empleada a lo lejos.

—Al parecer llego, Dylan.

Veo entrar a Henry al salón —Buenas tardes, madre.

—¡Oh, querido, has venido! —dice emocionada — al fin te dignas a visitar a tu madre.

Henry le da un abrazo y se pone detrás de mí —Viene a la cena familiar yo mismo porque no me invitaron.

—No es ninguna cena familiar, Eda solo vino de visita.

—Luka la trajo, lo más seguro es que cenarían todos en familia y claro, la oveja negra de la familia no está invitado.

—Hijo, no digas eso, son las seis de la tarde, nada de cena.

—¿Está en casa? —pregunta refiriéndose a su padre.

—Aún no llega, llegará en 30 minutos. —volteo a verlo

—Ven Eda — ladea su cabeza con una sonrisa maliciosa en su rostro.

—Estamos hablando querido.

—Necesito hablar con ella, madre.

—Vendré después, señora Ruby.

—Ve querida o si no él seguirá insistiendo —rio ante eso

Ni bien termina de hablar, su madre Henry me carga sobre su hombro, me da una pequeña vuelta por toda la casa en silencio, yo no digo nada hasta que el habla.

—Eda, Eda siempre tú

—¿Ahora qué?

—Has hecho que me enfade y me has puesto celoso.

—¿Qué? ¿Por qué? —es extraño que admita sus celos.

—Vi como mi hermano te ha tomado de la mano y me he enfadado porque no respondías a mis llamadas.

—Como sabes que me ha tomado de la mano.

—Vi las grabaciones del estacionamiento.

—¿Ahora me vigilas?

—Quería ver a qué lugar te llevaba mi hermano, pero no pude, mira, ya estamos en la piscina —

Cambia de posición para cargarme como una princesa.

No lo pienso mucho y sé que no es buena idea que estemos al borde de la piscina.

—No lo harás, ¿verdad?

—¿Hacer qué? ¿Esto? —me deja caer a la piscina — al agua pato, ja, ja, ja qué mona te ves mojada.

No puedo que creer que me haya dejado caer, pero esto no quedara así, tendré mi venganza.

—Ah qué gracioso, ahora ayúdame a salir —se arrodilla.

—Ja, está bien, pero nada de juegos —extiende su mano, tiro de la ella y hago que caiga en la piscina.

—Ah, pero miren quien se ha vuelto vengativa

—Tu querida novia sabe como engañar al oponente.

—Pues a mi novia no le importara si hago esto —me salpica agua en la cara.

Mi contrato, mis reglas [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora