Ahora toca contarle a mi madre sobre la noticia y lo que haré al respecto. Ese bebé debe de tener una vida de calidad y no solo lo digo por lo económico, también por lo emocional tener una familia unida.
Mi decisión es formar lo que se llama una"familia formal", me casaré con Sahara. No sé qué debo hacer con Eda, no quiero dejarla, pero no puedo retroceder con los trámites de ahora, todo ya está en marcha, no quiero alejarme de ella, no quiero dejarla otra vez.
Al levantar siento ese frío, no siento la calidez de su piel, yo no despierto con caricias y besos. La cama se siente vacía, la extraño demasiado deseo que esté aquí. Desde que se fue la noche del lunes no la he visto, ni he sabido de ella, aunque le he mandado mensajes.
Me he quedado en esta casa esperando a que regrese.
—Henry, regresa a la tierra —la voz de mi madre hace que regresar, carraspeo observándola— Buenos días, hijo
Me levanto de mi asiento, yendo directamente a saludarla con un beso en la mejilla
—Toma asiento, mamá —retrocedo un poco la silla, haciendo que se siente y regreso a mi lugar— No lo tomes a mal y por favor no me juzgues —respiro profundo— Sahara esta embarazada, es mío
—Me ofende un poco que pienses que te juzgaré, te apoyo en todo y la sabes. ¿Qué harás?
—Estoy haciendo un papeleo para Sahara y para mí, me quedaré con ella y cuidaremos de tu nieto
Toma aire —Me apena demasiado saber que ella esté utilizando una vida para poder tener dinero y eso no es todo, me apena por Eda, por ti —toma mis manos-. No quiero que seas infeliz, no quiero que le hagas daño a otros que no lo merecen.
-Prefiero arriesgar mi felicidad por esa pequeña vida, no quiero que pase lo que Eda y yo pasamos, quiero su felicidad
-¿Dónde queda ella? -bajo la cabeza, tratando de hallar una respuesta creíble- A mí no me engañas, ¿no sabes que hacer todo, se te ha venido encima, que no has pensado en que pasara con tu relación?
-Sí, no sé qué hacer con Eda, la amo, deseo pasar toda mi vida con ella, no hayo una solución para que ninguno salga afectado
-Sé un padre soltero, cásate con Eda. Solo no pierdas esta oportunidad que te ha dado tu padre
Algo confundido por las últimas palabras de mi madre, pregunto
—¿Oportunidad? —suelta mis manos acomodándose en su asiento
-No pierdas al amor de tu vida por querer hacer funcionar algo sin solución, Sahara y tú no se aman. Ella ama a otra persona y tú nunca sentiste lo mismo con ella como con Eda —se acerca acariciando mi mejilla— No cometas los errores que cometimos o serás infeliz —besa mi frente— Te apoyaré en todo mi vida
—Gracias mamá —me levanto de mi silla para abrazarla
—Hoy ven a casa, queremos una cena familiar
Pensaba que toda mi familia me daría la espalda o juzgarían, sin embargo, fue todo lo contrarió, no puedo no sentirme feliz y regocijado, ese niño interior ya se siente aceptado, amado y apoyado por su familia. Ya no siento ese peso del pasado, esas ataduras que no me dejaban avanzar.
--
Eda
Quería llamar a Henry para que venga conmigo a terapia, a último minuto me arrepentí. Estos días en terapia me han sido liberadores, he podido desahogar todo; la doctora no me ha recetado nada, eso me tranquiliza.
Con respecto a la noticia me siento tranquila, he llegado a ponerme en los zapatos de Henry como se dice; si esto se termina no tengo por qué sentirme él está poniendo a su familia, primero con ello me alegro muy en el fondo, por otro lado, no puedo negar el hecho que me dolerá. Me volví a enamorar de él, lo amo y no quiero que se vaya como la última vez.
ESTÁS LEYENDO
Mi contrato, mis reglas [En proceso]
Teen FictionEda Sorni, una exitosa empresaria, soltera, independiente y ardiente. Ahora tiene que volverse a involucrada con su primer amor, que también es dueño de la empresa rival que tiene por futuro un jefe a un celoso, posesivo e inestable hombre de 27 año...