Todo aquel que aspire a ser alguien en la vida asiste al Internado de la Señorita Marple para Futuras Personalidades. Ubicado en un antiquísimo castillo en el estado de Nueva York, por sus aulas han pasado todo tipo de líderes políticos, presidentes, primeros ministros, actrices, cantantes, eruditos, escritores y filósofos.
—Mis padres me llevaron a Hawái estas Navidades. Es la tercera vez que voy. Empiezo a estar un poco cansada de la misma rutina. Yo les dije que quería ir a Dubái, pero quieren reservarse ese viaje para las vacaciones de primavera y...
—¿Qué os parece mi nuevo Birkin? Sí, lo sé. ¡Es increíble! Tuve que esperar más de seis meses a que la tienda me ofreciera su venta, ¡pero merece la pena! Mis padres se han gastado miles de dólares en Hermés para que me dieran la oportunidad de comprarlo. No os imagináis la alegría que me entró cuando me llamaron de la boutique y me confirmaron que...
—No me jodas, tío. ¿Es el nuevo Lamborghini Aventador SVJ? No me puedo creer que tus padres te lo hayan comprado a pesar de catear tres asignaturas. ¡Tienes que dejarme dar una vuelta en él! Seguro que montados en ese bicho conseguimos que Sharon y su amiga se vengan a dar una vuelta a...
—Sí, es ese collar tan exclusivo de Van Cleef. Está hecho de oro de veinticinco quilates y platino. Hicieron falta más de veinte joyeros para hacerlo. Yo insistí en que solo quería el anillo y que no necesitaba el conjunto, pero ya sabes cómo son mis abuelos. No dieron su brazo a torc...
Más lujo. Más dinero. Más marcas. Más. Más. Más.
Lara Green no se va de vacaciones a Hawái, no tiene bolsos de Prada, y mucho menos es dueña del último coche deportivo del mercado. De hecho, todavía se pelea contra su hermana mayor para que le deje conducir el viejo Chevrolet Impala de su padre.
Cuando escucha ese tipo de comentarios, se siente como un bicho raro. Bueno, la verdad es que aquí sí que lo es: uno de los tres únicos estudiantes becados que pueden permitirse el lujo asistir al Internado de la Señorita Marple gracias a sus altas capacidades y no por el dinero de su familia.
—No es para tanto —le comenta Quentin mientras se dirigen hacia el comedor—. Hawái, me refiero. A ver, está bien, pero tampoco como para ir tres veces, ¿sabes?
—¿En serio?
—Te lo prometo. Nada que no hayas visto en Lilo & Stitch.
Por lo menos tiene la empatía de fingir que la comprende.
Es el primer día después de las vacaciones de Navidad y el internado es un hervidero de actividad. Los pasillos están repletos de alumnos que se reúnen en grupillos o que corren para ser los primeros en llegar al comedor.
Lara pensó que no le costaría tanto volver a la rutina, pero ahora sabe que se equivocó. Después de pasar dos semanas en Salem con su familia, ver de nuevo a sus compañeros se le está haciendo un poco cuesta arriba. No era consciente de lo muchísimo que añoraba los abrazos de su madre, o los chistes de su padre, o incluso las discusiones con su hermana y su hermano pequeño hasta que ha vuelto a casa y se ha dado cuenta de lo diferente que es de Nueva York.
Quentin y ella llegan a la cafetería justo a tiempo de encontrar la última mesa libre. Su amigo corre a sentarse para evitar que alguien se la quite mientras Lara va a por la comida. En su anterior instituto, el menú estaba compuesto principalmente por pizza, hamburguesa, puré de patata y lasaña de dudosa procedencia. En cambio, en el Internado de la Señorita Marple raro es el día en el que no sirven algún bistec dorado con mantequilla o pescado al horno con salsa de langosta.
Lara se las apaña para sostener las dos bandejas y se dirige de vuelta hacia la mesa. No le sorprende descubrir que su amigo Quentin ya está rodeado de gente que se ha acercado a saludar.
ESTÁS LEYENDO
Te odio, Mackenzie Lin (FRAGMENTO)
Novela JuvenilYA DISPONIBLE EN LIBRERÍAS ¿Hasta dónde llegarías para no decepcionar a tu familia? Lara Green siempre ha soñado con diseñar escenografías para Broadway, pero su familia tiene otros planes para ella: quieren que estudie Medicina en Harvard. Cuando e...