4. Días malos

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4 años atrás.

Clarissa.

Uno, dos, tres, cuatro. Esos son los segundos que lleva aspirar toda la línea blanca que había en la mesa, la música esta fuerte y hay muchas personas a mi alrededor, pero yo solo buscaba a una persona la cual resultó estar muy cómodo entre las piernas de una rubia. Imbécil.

-¿Bailas? -me volteo y es un chico que creo haber visto en alguna otra fiesta, es lindo y puedo vengarme de Evan con él así que le doy mi mejor sonrisa y le ofrezco mi mano.

Bailamos unas cuantas canciones cuando Evan llega no está feliz, pero claro que no estaba feliz porque estaba a punto de besarlo y él lo vio todo, pero se lo merece. Evan le empieza a pegar a ¿Cómo se llamaba? Bueno no importa, le está pegando y demasiada gente está viendo lo que pasa, no quiero detenerlo sé que debería detenerlo, pero es más importante bailar sí quiero bailar ¿Qué canción será esta? No tengo ni idea, pero me encanta, no dejo de mover las caderas, me encanta bailar.

Cuando llevo bailando un rato Evan esta frente a mi toma mi brazo, no quiero irme, pero él me está agarrando fuerte.

-Espera me duele-me quejo, pero al parecer no le importa. Suelto un bufido y en el camino tomo el vaso de alguien y me tomo de un trago su contenido-. Eres un Imbécil-bueno si las miradas mataran estoy segura de que esa mirada de Evan me hubiera matado.

Aun con mi brazo siendo agredido por Evan salimos de la casa de la fraternidad en la que se estaba realizando la fiesta, era una buena fiesta no todas las fiestas son buenas, algunas tienen música horrible o no tienen alcohol no me gustan las que no tienen alcohol.

-¿Qué crees que estabas haciendo? -me pregunta Evan tiene la cara roja y una vena parece que va a explotar en su cara, se ve divertido como esos dibujos animados cuando se enojan o tal vez como Tinker Bell que cuando se enojaba se ponía toda roja-. Clarissa ¿te estas riendo de mí? -no dejo de reír se ve tan divertido.

-No-alargo la última vocal- yo jamás me reiría de ti mi amor-por fin logro soltar mi brazo, creo que tengo todavía del polvito blanco ¿Cuál era el nombre? Rayos ya lo olvidé, no importa, busco en los bolsillos de mi chaqueta y ¡bingo! Pongo un poco del polvo en el dorso de mi mano y lo aspiro, duele un poco, pero ahorita viene lo mejor.

-Mierda Clarissa-otra vez tengo a Evan cerca de mí- ¿Quién te dio esto? -agarra mi polvo blanco y lo agita en su bolsita.

-¡Oye! Eso es mío -trato de ir por el polvo, pero él me lo impide-, lo compre luego de verte en las piernas de esa rubia-estoy enojada, quiero volver a la fiesta eso era divertido.

Evan me quita mi bolso, un momento ¿de dónde saco ese bolso? Mejor pregunta ¿de dónde saque yo ese bolso? ¿Es mío? No me da tiempo de preguntar porque antes de eso Evan comienza a sacar cosas de mi bolso, saca las cosas como si estuviera desesperado y por fin encuentra lo que al parecer buscaba. ¿Y ese rollo de billetes?

-Espero que este completo Clarissa, sino ve a buscar donde sacas dinero para tus mierdas- se guarda el rollo de billetes y me da mi polvo blanco-. Yo me voy con Tania, no terminamos lo que estábamos haciendo- ¿Quién es Tania? Pero antes de responder la rubia con la que estaba se acerca a nosotros, él le toma la mano y me deja ahí fuera de la fiesta.

Maldito. Pongo un poco más de polvo blanco en mi mano y lo vuelvo a aspirar. Vuelvo a la fiesta porque también necesito alcohol. Estúpido Evan.

Presente

La vida es un gran conjunto de momentos buenos y momentos malos, a veces cuando miro atrás siento que he tenido tantos momentos malos que ahora solo me toca vivir los buenos, pero luego llegan los días donde me siento mal, días en los que no quiero levantarme de mi cama, días en los que pienso que no he avanzado que sigo estancada en la vida como años atrás, días en los que llorar es lo más sano en lo que pienso hacer. A veces simplemente pienso que estoy rota y que nada puede arreglarme.

Mi segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora