La noche que coincidimos.

La noche del 27 de septiembre

Cayden

Las luces me cegaron una vez más y grité con euforia levantando la copa lo más alto que pude. No sabía cuantas llevaba, había perdido la cuenta después de la sexta.

Logan cantó a mi lado a voz pelada la canción que estaba sonando pero ni siquiera supe reconocer cual era. Sentí que iba a desmayarme en cualquier instante y sabía que estaba dando tumbos por eso volví a llevarme la copa a la boca y el alcohol se me pegó a la comisura de los labios.

-¡Vas fatal!-me gritó Logan por encima de la música con una risotada.

-¡Como una cuba!-le respondí con un balbuceo bochornoso. A ratos no sabía donde estaba, a ratos recordaba que en la enorme casa de campo de los Maxwell. No había tenido más que comerle la boca a Crystal junto a la carretera de acceso para que nos dejasen entrar a mis amigos y a mi y me sentía orgulloso por ello, tenían ganas de venir y yo también para no mentir.

Sentía como mis tímpanos vibraban pidiendo auxilio. Me encantaba aquella sensación, la de no ser capaz de pensar en nada más allá de gritar la música que estuviesen poniendo, beber y enrollarme con alguna chica de ojos bonitos. Poder tener la mente en blanco de vez en cuando se agradecía muchísimo.

Logan me pasó el brazo por los hombros e hizo que me moviese con él de derecha a izquierda al ritmo de la música. Dejé caer la cabeza hacia atrás, intentando recordar como había que hacer para mantenerse en pie y recto.

-Como sigas dejándote caer sobre mi así vamos a caernos los dos-creí decirle a Logan pero el me miró con cara de no haber entendido una mierda de lo que había dicho.

-¿Qué dices?-me gritó junto al oído, haciéndome sentir aun más mareado. De repente Alex entró en escena seguido por Ethan, que a falta de una copa llevaba dos, una en cada mano.

-Tenéis buen aspecto-dijo Ethan divertido. Logan asintió pero yo aun estaba intentando procesar que había dicho.

-¿A que estás a gusto?-me preguntó Alex palmeándome el hombro. Asentí y el sonrío-Te dije que era buena idea venir-me recordó y yo asentí terminándome la copa por completo.

-Mira-le dijo Alex golpeando con fuerza a Ethan en el hombro que se lo devolvió en la nuca-Hay están las chicas de antes, vamos.-le dijo. No se como ocurrió, quizás parpadeé y me lo perdí pero cuando pude darme cuenta ya no estaban.

-No puedo volver demasiado tarde, Adler está solo en casa.-le recordé. ¿Porqué tenía mi padre que irse y dejarme a cargo del niño?

-Adler está aun más a gusto que tú. Son las cuatro, ¿Crees que te va a echar en falta a estas horas?-rio. No, pero si se despertaba, yo no estaba y ocurría algo mi padre me castigaría de por vida.

-Que te den-le dije tirándole el vaso rojo de plástico a la cabeza, el lo intentó esquivar sin éxito, consiguiendo que le diese en toda la nariz.

-Voy a por otra copa, espérame aquí-le dije y el levantó una ceja.

-¿Otra copa? ¿Quieres acabar estampando el coche contra alguna farola?-me preguntó divertido. Le hice un corte de manga a lo que el respondió con una risotada.

Caminé hacía la cocina lo que me llevó un rato, la casa estaba repleta de gente y yo no era capaz de andar en línea recta. Me fije en un par de chicas con escotes bonitos, distrayéndome un par de veces. Hacía mucho que no lo hacía pero presentía que aquella noche acabaría vomitando. Una vez en la cocina, me pillé un vaso nuevo y me lo llené por completo de Jack Daniel's.

De camino en busca de Logan, me empujaron y me derramaron la mitad del alcohol sobre la manga de mi blusa negra. Si me hubiesen pillado sobrio me hubiese cabreado bastante pero lo cierto es que no lo estaba y me dio igual. Si es que cuando bebía me convertía en un buen tipo y todo.