Acosté a Zahia en la habitación de invitados mientras Romeo estaba en la sala sentado en el sofá. El a diferencia de Zahia estaba despierto y muy activo, yo me senté junto a él y suspire, estaba agotada.
—Pandora... —lo escuche decir mientras tomaba agua.
Mhmm conteste mientras mis ojos estaban cerrados y mi respiración empezaba a relajarse.
—Consideró de que este es el momento de confesarte algo importante —abrí los ojos y gire mi cabeza para verlos.
—¿Que Paso? —le cuestione mientras bostezaba.
—Creo que tengo sentimientos por ti —me miro directamente a los ojos y sentía la boca seca luego de escuchar eso —. Se que eres lesbiana pero yo puedo...
—¿Lesbiana? —pregunté confusa.
—Si —contestó mientras tomaba mis manos, me sentí incómoda en ese momento.
—No soy lesbiana —conteste y aleje mis manos de las suyas.
—¿Y por que rechazas a todos los chicos y doctores del hospital? —pregunto nervioso.
—Por que no quiero una relación con ninguno de ellos.
—¿Ni... conmigo?
—Tenemos una buena amistad Romeo —le sonreí.
Nunca me había pasado algo como esto, nunca había tenido la confesión de un amigo hacia mi. Nunca había tenido esta experiencia antes.
—No quiero ser tu amigo Pandora —el confeso mientras me miraba a los ojos.
—¿Que? ¿Como que no?
—Podemos tener una relación —se acercó a mi lentamente, y me congelé de los nervios. Mi celular empezó a sonar cuando el puso su mano en mi cuello y yo lo tome y salí corriendo al segundo piso para encerrarme en mi habitación.
Era mi hermana quien me llamaba.
—¿Bueno? —conteste mientras me sentaba en mi cama.
—¿Te desperté?
—Para nada.
Me quedé hablando un rato con ella, mientras pensaba en miles de cosas e intentaba evadir salir de mi habitación para toparme con Romeo.
Me duche y me acosté, al día siguiente no me sentía muy bien, no había dormido más que dos horas. Y ni tenía ganas de volver a una fiesta como esa. Me prepararé nuevamente para ir al hospital y cuando baje, Zahia y Romeo estaba peor que yo.
—Aveces odio ser doctora —escuche la voz de Zahia quejándose, su cara estaba hecha un asco —. No quiero volver a tomar mas nunca.
—Yo tampoco.
Ambos tomaban grandes cantidades de café para obtener energía pero en el estado en el cual estaban no creo que puedan conseguirlo.
—¿Están listo? —les pregunté mientras reía y abría la nevera para comerme una manzana que había en ella, odiaba las manzanas pero no quería irme con el estómago vacío.
—Si —contestó Romeo mientras se ponía de pie.
...
Llegamos al hospital. Yo no tenía tantas energías pero Zahia se veía acostumbrada hacer esto ya que estaba más que bien.
—Les falta experiencia chicos —dijo mientras nos guiñaba el ojo y se iba.
Camine a mi oficina y al entrar observé a Hayes en el sofá leyendo una revista. Me sorprendí al verlo y el se puso de pie y cerró la puerta que estaba a mi lado.
—Felicidades —habló mientras se acercaba a mi, y me veía arrugando las cejas —. ¿No dormiste anoche? —me pregunto mientras acariciaba mis ojeras.
—Gracias —repliqué y lamí mis labios —. Solo he dormido dos horas.
El se cruzó de brazos.
—Debes descansar.
—Lo se pero no tuve tiempo. —conteste mientras me rascaba la nariz.
El camino hacia mi y se pegó de mi espalda mientras acariciaba mis tetas y me besaba el cuello.
—Te extrañe —dejó salir aire caliente en mi cuello el cual me erizó la piel.
—¿Iras a mi casa esta noche? —le pregunté mientras le apretaba la mano que estaba en mi seno.
—Si eso es lo que quieres... no tengo problemas en hacerlo. Termino a las 10:30 mi turno, mañana nos toca el turno nocturno así que podremos pasarnos la noche cogiendo como conejos.
—Aceptó —me gire y bese sus labios mientras me sentaba en el escritorio y habría las piernas para que el se pegara más a mi.
Escuche la puerta tocar y Hayes y yo hicimos un espacio entre nosotros al instante, me puse de pie mientras me limpiaba los labios y al levantar la mirada observé a Romeo, su cara estaba pálida y yo solo lo mire sin decir nada.
—¿Que pasa? —le pregunté.
—Me retiró —habló Hayes, y salió de la oficina dejándome con Romeo.
—¿Te estás revolcando con el Dr. Maykel? —negué con la cabeza mientras me sentaba en mi silla —. ¿Por que me mientes en la cara?
—¿De que hablas? —lo mire confundida.
—¿Te estás acostando con el o no? —me cuestiono mientras se acercaba a mi.
—Ya te dije que no.
—Mentirosa —arrugue mi cara.
—¿Cual es tu problema? —le cuestione mientras rodaba los ojos.
—¡Que somos amigos y me estás mintiendo! —gritó.
—Por que seamos amigos no quiere decir que te tengo que estarte informando lo que hago y dejo de hacer —le conteste mientras leía unos papeles.
—¿Sabes que? —subí la mirada para verlo, el estrelló unos papeles sobre mi escritorio —. Jódete —salió de mi oficina y me engrifó los pelos del colera que me causaba esa actitud innecesaria.
...
El día pasó lento y yo estaba muy cansada, no tenía nada de energías y tan solo tenía ganas de llegar a mi casa para darme una buena ducha y acostarme.
Estuve todo el día en mi oficina arreglando algunos historiales de pacientes, cuando Hayes entro y me trajo un sándwich con jugo de naranja.
—Me imagino que tienes hambre.
—¡Ay! —dije feliz —. No sabes cuanto te lo agradezco.
Empecé a comerme aquel sándwich de pollo con queso mozarella, ensalada y mayonesa con ketchup. Estaba delicioso, mi turno había terminado y recogí todo para irme a mi casa.
—¿Segura que quieres que vaya esta noche? —me pregunto Hayes mientras salíamos al parqueo, se me había olvidado que los haríamos esta noche.
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Olvídame.
Любовные романыSegunda parte de Recuérdame. Después de la pérdida que cambió nuevamente la vida de Pandora luego de unos años llega una nueva persona a la vida de esta, la cual ella se niega rotundamente a dejarla pasar a lo profundo de su alma.