Capitulo 7: Presente

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La noche ya había caído y seguíamos avanzando, no era de extrañar que los gemelos fueran más rápidos, eran tigres, a pesar de eso las heridas en su pelaje eran notorias, por lo que se la guerra de los Itadori se había apaciguado un tiempo, aun así...

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La noche ya había caído y seguíamos avanzando, no era de extrañar que los gemelos fueran más rápidos, eran tigres, a pesar de eso las heridas en su pelaje eran notorias, por lo que se la guerra de los Itadori se había apaciguado un tiempo, aun así, una guerra es una guerra.

Deseo poder preguntarles por alguien, quiero que nos detengamos, siento la necesidad de hablar con el menor de ellos, es el único que parece cómodo con mi presencia lo contrario al de tatuajes que siento que me mataría apenas respirara cerca, muy molesto para mi gusto.

—Llegamos, bienvenidos sean a las ruinas de los astros. —Anuncio Sukuna con cansancio

— ¿Ruinas? Parece un regalo de bodas, ¡Que bella mansión y mira esa casa! — Adulo asombrado Satoru volviendo a ser humano

A pesar de la poca iluminación que había, la casa todavía se podía apreciar, era verdaderamente impresionante, me causa escalofríos.

—Efectivamente, los registros del lugar están guardados, mejor dicho, sellados. — Corroboro Nanami volviendo a su forma humana como todos. —Por lo que se la casa pequeña fue el "regalo" de los Zenin a un cuidador, lo querían lejos de su territorio porque temían que les quitara su puesto como líderes y la mansión fue el regalo de su amante un poderoso líder que no se pudo casar con él, se cree que ese mismo líder sello los documentos. — Concluyo Nanami

—Valla, parece que ese amante fue muy tonto y se arrepintió. — Se burló Gojo

Sentí como una oleada de recuerdos llegaban a mí, pero, ¿Ese era yo? Estaba con personas que no conozco.

— ¿Arrepentir? ¿Casar? ¿Alejar? — Megumi empezó a tambalearse de un lado al otro

No podía mantenerme de pie, en mi mente más recuerdos llegaron como agua fría, aun así, no podía hilar ideas, mis ojos se fueron cerrando y lo último que vía fue a Itadori corriendo para que no me callera, sin embargo, fue tarde ya que ya me había desmayado.

No podía mantenerme de pie, en mi mente más recuerdos llegaron como agua fría, aun así, no podía hilar ideas, mis ojos se fueron cerrando y lo último que vía fue a Itadori corriendo para que no me callera, sin embargo, fue tarde ya que ya me había...

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Cuantos recuerdos perdidos, que sueños tan raros... ¿Quién rayos son todas esas personas? Que hace mi padre discutiendo con el tío.

— No puedes seguir haciendo esto Naoya. —Toji discutía con el menor

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