Capitulo 9: Pasado

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Me volveré más fuerte. Tengo que volverme más fuerte para al menos elegir como moriré

Yuji Itadori

— Ya paso un día desde que se fue, la espera fue grande

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— Ya paso un día desde que se fue, la espera fue grande... ¿Pero valió la pena? — Pensaba en voz alta un oji-miel mientras barría. — Sukuna-sama ha estado pensativo estos días, quizás sea por la visita del mensajero y la carta que trajo.

— Itadori. — Sukuna abrió la boca para mencionar el apellido del joven

Un escalofrió paso por la columna del humano, no esperaba que su dios se encontrara tan cerca de él para que lograra escuchar su débil voz.

— ¿Necesita algo? — Pregunto Itadori sonando lo más tranquilo posible.

— No, por lo menos no ahora. — Respondió el mayor. — Hace un día que se fue el mensajero, no creo que vuelva hasta dentro de un mes. — Comento el dios

Itadori escucho atento cada palabra que salía de su acompañante que se encontraba sentado en el pabellón de la casa para después centrarse en seguir barriendo.

— Me callo bien, más que los demás. — soltó rápido el menor. — espero que pueda volver, Uraume no me dice mucho sobre lo que pasa afuera y tus amigos ya casi no vienen.

— Ella solo me sirve a mí, no le gusta desenfocarse de sus deberes, no te lo tomes personal y de mis amigos, ellos viven lejos por eso no vienen seguido. —

Sukuna pronunciando eso se situó atrás del menor, abrazándolo con delicadeza para después guiarlo adentro de la casa y recostarse junto a él en el primer funton que encontraron

—Usted duerme mucho, un dios debe estar atento a todo. — Comento el más pequeño levantándose

— Lo estoy, pero tengo un castigo, así que si quiero estar listo para todo necesito descansar. — Dijo el dio acurrucándose para dormir

Al más joven no le quedo opción más que recostarse junto con el mayor, era una costumbre, algo que siempre pasaba, no era extraño para ellos dormir apenas el mediodía llegaba.

"Por lo pronto quiero dormir cerca de mi dios, su olor tan fuerte y relajante me tranquiliza". Eso era lo que pensaba el oji miel, tristemente sus pensamientos fueron cortados por una frase que no le gusto.

— Por cierto, como estoy atento a todo sé que en un mes y medio tendrás tu celo. — Dijo socarronamente el dios. — Eres como tu padre, mucho tiempo antes dan señales de entrar en ciclo de calor. — Se empezó a burlar el dios. — Recuerdo como venía a mí en ese tiempo para ponerse hablar o pelear, el jamás deseo aparearse con alguien que no fuese su esposa, se veía muy tierno llorando porque tu madre no lo quería.

El menor escuchaba atento a todo, le solía gustar escuchar sobre sus padres, tenía muy pocos recuerdos de su progenitor, pero ninguno de su madre, solo sabía que fue alguien fuerte que cuido de su esposo.

La luna rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora