Mis mejillas estaban enrojecidas, olvidando hasta el dolor que estaba en mi cuerpo, entre cerré mis ojos abrazando su cadera con mis piernas sintiendo aquel calor recorrer mi cuerpo.
—¿Éstas bien? - susurra de forma suave — Tus piernas tiemblan - mis ojos se cierran totalmente.
Me estiro mi cuello un poquito, soltando un pequeño gemido.
—Estoy bien - susurro abrazando su cuello mientras abría de nuevo mis ojos mirándolo en una pequeña sonrisa —Siento que me va a doler el cuerpo después pero estoy bien por ahora - recorri su pecho.
Se hundió dentro de mi sacandome un jadeo, toqué su pecho sintiendo mis mejillas enrojecidas y mi cabello revuelto totalmente y sentí sus labios recorrer mi cuello, mis dedos se enredaron en su cabello y solté una muy pequeña risa.
—¿Qué sucede? - mordió mi pezón haciendo qué mi piel se erice.
Miré como mi piel se encontraba enrojecida y con diversas mordidas, sintiendo como tomó mi cadera de forma posesiva.
—Lo hacíamos mucho y ni sabemos nuestros nombres - soltó una risa, tan ronca qué claramente se escuchaba qué no era humano.
Sentí su aroma llenar a mi olfato, era un aroma qué no sabía exactamente podría descifrar. Pero sabía que me gustaba un gemido tan fuerte escapó de mi boca y escuché el crujir de la cama.
Mi corazón bombeaba en mi pecho de una forma rápida, teniendo mis labios entre abiertos soltando jadeos y pequeños gemidos.
—¿Quién dice que no se tu nombre? - susurra y siseó, apreté los deditos de mis pies —Se tu nombre muy bien León - murmura en mis labios, estábamos moviendo nuestras caderas de forma lenta, simplemente perdiendo la noción del tiempo.
Sonreí mirando su rostro, sus rojizos ojos me miraron de forma fija, y sentí su boca juntarse con la mia sintiendo su mano sobre mi muslo flexionando mi pierna dió una dura embestida y ambos soltamos un gemido en unísono.
—¿C-. . . Cómo te llamas ? - susurro y su boca se separó de mis labios mientras apretaba mis muslos y arrugo mis cejas sintiendo aquel escalofrío placentero.
—Zumuen- respondió y abri más mis ojo sintiendo mi espalda arquearse sintiendo como mi orgasmo llegó y apreté sus hombros —No sabes que tan bien te vez así. ¿Aguantarás una cuarta ronda?
[. . .]
Abrazo mi cuerpo mirando de manera atenta al hombre en mi habitación, viendo como unos pantalones muy flojos que caían por sus caderas mientras miraba cada cosa que había en el tocador, revisando cada una con curiosidad.
Arrugué mis cejas tomando aquel suéter y poniéndomelo después mientras estaba mirandole, rápido fui a el para evitar que mordiera aquel labial.
—No, no eso no se come.
—Pero huele a fresas ¿sabrá a eso? - niego rodando los ojos.
—No, solo es el aroma. - Respondi caminando por la habitación, encendiendo un incienso de manzana.
—Tu hueles bien y sabes bien - mi rostro enrojeció y se sentó de nuevo oliendo el labial color salmón, puse varios libros en el colchón.
Me cruzo de piernas en la cama tomando un libro comenzando a hojear y se acercó, un escalofrío placentero recorrió mi cuerpo, cosa que ignoré cuando su mano se posó en mi muslo desnudo.
—¿Por qué buscas a mi padre? - pregunta mojando sus labios con las dos puntas de su lengua dividida.
Hice un pequeño sonido mascando un chicle de cereza.
—Por qué si.
Bajé la mirada a aquel libro desgastado, sintiendo ese aroma a manzana qué era muy relajante.
Su nombre quiere decir “él ve el nombre”. Era el líder de los Vigilantes y quien instó a los otros ángeles caídos a tomar esposas Omegas para engendrar hijos.
Un pequeño escalofrío pasó por mi espalda.
Además del líder de los 200 ángeles caídos, fue el más importante de los 20 líderes, y a quien todos le habrían jurado lealtad. Los Vigilantes, convencidos por él, bajaron a la Tierra a unirse con los humanos, y él fue quien convenció a los ángeles de enseñarles las cualidades que cada uno poseía.
Esta vez la ventana se abrió de golpe, tirando un par de cosas y di un salto asustado por ese ruido, escuché como comenzaban a caer varias cosas y miré de inmediato la ventana pero la mano de Zumuen cubre mis ojos y lo escuché gruñir bajo.
Escuché una risa, una risa tan aterradora qué me hizo sentir un miedo enorme en mi cuerpo.
Un cristal se rompe y di un pequeño salto sintiendo el cuerpo del Nefilim cubrir el mío y solo escucho como caen al sueños esas pequeñas partículas.
—¿Por qué tan asustado, pequeño Omega?Te vez más hermoso que la última vez que te ví - esa voz se escuchó en mi cabeza y jadeo sintiendo el pánico llenar mi cuerpo. —Zumuen, vamos, ¿En serio volverás a dejar que esto se repita? - lo escucho haciendo que entraran dudas en mi cabeza. —Sabes perfectamente que ocurrirá si sigues con tu mismo patrón.
Otro cristal se rompió, juré qué era una lámpara esta vez ya que fue más fuerte y cerré mis ojos con fuerza.
—Sal de mi cabeza - solté de pronto.
Y otro cristal se rompió para después escucharse un silencio tan horrible, apreté mis dedos sintiendo como mi cuerpo se debilita, cayendo sobre la alfombra y sollozo sintiendo mi cabeza adolorida de alguna manera y miré a Zumuen quien miraba fijo un punto estando sobre mi aun.
—¿Qué acaba de pasar? - susurro sintiendo como me atrae a su pecho.
—Estoy jodido, muy jodido - susurra.
Pude sentir como me tomó entre mis brazos, pareció olvidar que era un simple humano que su rostro mostró casi miedo.
—Tan jodido que no dejaré que te toquen de nuevo.
Y esta vez, no entendí lo que había dicho.
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Killer
RandomUna de mis fantasías es bañarme en sangre junto contigo ¿sabes? que jodido estoy cachorrito. -fluff -Dirty Talk. -Mature. ©prohibida copia o adaptación.